A partir de diciembre, la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) ajustará las tasas de intereses resarcitorios y punitorios, generando un nuevo escenario para los contribuyentes que enfrentan deudas con el fisco. Los intereses resarcitorios aumentarán del 6,41% al 7,47%, mientras que los punitorios subirán del 7,39% al 8,62%. Este ajuste se traduce en un incremento de 1,06 puntos porcentuales en los resarcitorios, lo que representa un interés diario de 0,249%, y de 1,23 puntos en los punitorios, alcanzando un 0,237% diario.
Con estos nuevos valores, el fisco argentino plantea una situación inédita: será más costoso pagar impuestos atrasados que endeudarse con una entidad bancaria. En otras palabras, el costo de asumir una deuda con ARCA supera el costo de obtener un préstamo en un banco, lo que genera un dilema para muchos contribuyentes que deben decidir entre afrontar las deudas fiscales o recurrir a financiamiento privado.
Este cambio en las tasas de interés se implementará a partir del lunes, y plantea una importante interrogante sobre las mejores estrategias para manejar las deudas con el fisco en el contexto económico actual. Además, ARCA deberá definir qué sucederá con las ejecuciones fiscales, que fueron suspendidas desde que comenzó el gobierno de Javier Milei, y que abarcan a micro, pequeñas y medianas empresas, pequeños contribuyentes, entidades sin fines de lucro y contribuyentes del sector salud. Esta suspensión estará vigente hasta el 31 de diciembre, y será durante este mes cuando el organismo decida si se levantan o se extienden.
Plazos de prescripción de las deudas fiscales
En otro orden de cosas, ARCA también ha establecido los plazos de prescripción para las deudas impositivas. Según la normativa vigente, el Estado tiene un período de cinco años para reclamar el pago de deudas fiscales antes de que estas prescriban y los contribuyentes queden exentos de pagarlas. Sin embargo, este plazo no es exacto, sino que comienza a contarse a partir del 1 de enero del año siguiente al vencimiento del pago de la deuda. Por ejemplo, si un contribuyente tiene una deuda en febrero de 2025, el plazo de prescripción comenzará el 1 de enero de 2026 y vencerá el 1 de enero de 2031.
Existen excepciones a esta regla general. Para los contribuyentes no inscriptos en ARCA, el plazo se extiende a diez años. Asimismo, para los monotributistas, el organismo tiene medidas de cobro previas que pueden acortar el proceso de ejecución de las deudas.
En resumen, los ajustes en las tasas de interés resarcitorios y punitorios de ARCA, junto con las decisiones que se tomarán en diciembre sobre las ejecuciones fiscales, colocan a los contribuyentes en una situación compleja. Mientras tanto, las deudas fiscales continúan acumulándose, y el plazo para saldar estas deudas sigue siendo un tema de preocupación para muchas pequeñas y medianas empresas.
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