El cáncer colorrectal, uno de los más comunes, a menudo se detecta tarde. Conocé la señal temprana que muchos pasan por alto y por qué la prevención es vital, especialmente después de los 45 años.
El cáncer de intestino, también conocido como cáncer colorrectal, afecta el colon o el recto y es uno de los tipos de cáncer más frecuentes a nivel mundial. Si bien es más común en personas mayores de 50 años, las estadísticas recientes muestran un preocupante aumento en adultos jóvenes.
El primer síntoma que casi nadie conoce
Uno de los primeros y más importantes signos de alerta, que muchas personas suelen ignorar, es un cambio persistente en la forma o consistencia de las heces. Esto incluye:
- Heces más delgadas de lo habitual (en forma de cinta o lápiz).
- Episodios prolongados de diarrea o estreñimiento sin causa aparente.
- Sensación de evacuación incompleta.
Estos síntomas pueden confundirse fácilmente con problemas digestivos menores o transitorios, como el colon irritable o el estrés, lo que lamentablemente retrasa la consulta médica y, por ende, el diagnóstico.
Otros síntomas comunes a los que prestar atención
Además de los cambios en las deposiciones, hay otras señales importantes que podrían indicar la presencia de cáncer de intestino:
- Sangre en las heces (a veces no visible a simple vista).
- Dolor abdominal persistente o hinchazón.
- Cansancio extremo o anemia sin causa clara.
- Pérdida de peso involuntaria.
- Náuseas o vómitos (usualmente cuando el cáncer está más avanzado).
¿Cuándo empezar los chequeos preventivos?
Las guías médicas internacionales recomiendan iniciar los estudios preventivos del cáncer colorrectal entre los 45 y 50 años, incluso si no tenés síntomas. Sin embargo, si existen antecedentes familiares o personales de pólipos o enfermedades inflamatorias intestinales, podría ser necesario empezar los controles antes.
La colonoscopia es el estudio más común y efectivo, ya que permite observar el interior del colon y detectar lesiones precancerosas o tumores en etapas muy iniciales.
Factores de riesgo y cómo prevenirlo
Aunque no hay una única causa definida, ciertos factores aumentan el riesgo de desarrollar este tipo de cáncer:
- Dieta rica en grasas animales y pobre en fibra.
- Consumo excesivo de carnes procesadas.
- Vida sedentaria y obesidad.
- Tabaquismo y consumo frecuente de alcohol.
- Historia familiar de cáncer colorrectal o pólipos.
Para reducir el riesgo, se recomienda:
- Llevar una alimentación rica en frutas, verduras y cereales integrales.
- Hacer ejercicio físico regular.
- Evitar el tabaco y limitar el consumo de alcohol.
- Realizar chequeos médicos periódicos.
La vital importancia del diagnóstico precoz
Detectar el cáncer de intestino en una etapa temprana puede significar una supervivencia superior al 90%. Por eso, ante cualquier síntoma persistente, por más leve que parezca, es crucial consultar con un médico para descartar o confirmar un diagnóstico.
El cáncer de intestino puede manifestarse con una señal tan sutil como un cambio en la forma de las heces. Estar atentos a estas señales y actuar a tiempo es fundamental para lograr un tratamiento eficaz y una mejor calidad de vida. La prevención y el control periódico son tus mejores herramientas para ganarle la batalla a esta enfermedad.
¿Ya te realizaste tus chequeos preventivos? La salud es prioridad.
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