La audiencia del martes en el juicio por el intento de magnicidio contra la exvicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner sorprendió con dos hechos que marcaron el desarrollo de la jornada, dejando perplejos a los presentes en la sala de tribunales.
El primero de estos sucesos fue la petición del abogado defensor de Brenda Uliarte, Alejandro Cipolla, quien solicitó que la exmandataria vuelva a declarar sobre su identidad de género, en un intento por profundizar la imputación por violencia de género que pesa sobre su defendida. Esta insólita solicitud fue rechazada por la jueza Sabrina Namer y provocó el repudio inmediato de la querella y la fiscalía, quienes tildaron el pedido de inapropiado e irrelevante en el contexto del juicio.
Sin embargo, fue el segundo hecho el que sorprendió aún más a la audiencia. La joven Lidia Benítez, amiga cercana de Nicolás Gabriel Carrizo (uno de los acusados por el atentado) y conocida por su relación con el grupo de personas que se identifican como parte de los «girosos», fue citada como testigo en la causa. Durante su declaración, Benítez intentó defender a su amigo, afirmando que él «hablaba así» y que sus comentarios sobre el asesinato de Cristina Kirchner eran solo «chistes». Sin embargo, su testimonio fue rápidamente desmentido por pruebas documentales, incluidos los chats con Carrizo que los fiscales presentaron durante la audiencia.
Benítez, que en su momento había declarado en la instrucción que Carrizo poseía un arma de fuego, contradijo su propia declaración, insistiendo en que no había tal arma. Ante esta actitud inconsistente y nerviosa, la fiscal Gabriela Baigún decidió solicitar la expulsión de la sala de la testigo. A su salida, la fiscal aprovechó para señalar las numerosas contradicciones en su relato, sugiriendo que Benítez había brindado una versión distorsionada de los hechos.
La situación se complicó aún más cuando el abogado José Manuel Ubeira, representante de la querella, solicitó la detención de Lidia Benítez por el delito de falso testimonio. Tras una breve deliberación, los jueces accedieron a este pedido, y Benítez fue arrestada de inmediato. Ahora, la joven enfrentará una nueva acusación ante el juez Julian Ercolini, quien se encargará de investigar las posibles consecuencias de sus mentiras durante el proceso judicial. El delito de falso testimonio podría acarrearle una pena de hasta cinco años de prisión.
Lidia Benítez se encontraba vinculada a Nicolás Gabriel Carrizo, quien, como se sabe, es uno de los miembros del grupo conocido como «Los Copitos», implicados en el atentado fallido contra Cristina Kirchner. Durante el juicio, se ha revelado que Benítez también tenía relación con Fernando Sabag Montiel, el hombre que disparó el arma contra la exvicepresidenta, aunque ella ha intentado desvincularse del atentado.
El arresto de Benítez es un nuevo giro en un juicio que ha estado lleno de sorpresas y que sigue revelando la complejidad de las relaciones dentro del grupo acusado de intentar asesinar a Cristina Kirchner. La implicación de figuras cercanas a los acusados, como Benítez, sigue siendo un tema clave en el desarrollo de la causa, que podría tener nuevos capítulos según avance el juicio.
Repercusiones y próximos pasos
El arresto de Lidia Benítez deja en evidencia la tensión en torno al juicio y las estrategias de defensa que algunos testigos intentan implementar. Mientras tanto, las autoridades continúan investigando a todas las personas vinculadas al intento de magnicidio, con la esperanza de esclarecer todos los detalles de este oscuro episodio político.
El juicio sigue avanzando, y tanto los fiscales como las querellas están comprometidos en desentrañar la verdad sobre los hechos que sacudieron a la Argentina el 1 de septiembre de 2022, cuando Sabag Montiel intentó asesinar a la entonces vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. El arresto de Benítez es un recordatorio de que el proceso judicial no solo busca condenar a los autores materiales del atentado, sino también a aquellos que puedan haber tenido algún grado de complicidad o influencia en los hechos.
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