Con miras a unas elecciones presidenciales en Estados Unidos que se perfilan como las más reñidas de las últimas décadas, las autoridades locales y la Guardia Nacional han intensificado sus medidas de seguridad para proteger tanto a los trabajadores electorales como a las boletas, en medio de crecientes temores por posibles episodios de violencia.
Pamela Smith, jefa de la policía de Washington D.C., fue tajante al advertir que no habrá tolerancia para la violencia ni para comportamientos ilegales en la capital. “No habrá lugar para la violencia en esta ciudad, ninguna destrucción ni amenazas a la seguridad pública. Vamos a tomar acciones contra los responsables”, aseguró Smith, en un claro mensaje dirigido a quienes pudieran intentar interrumpir el proceso democrático.
Este refuerzo de seguridad se produce en un contexto de creciente preocupación sobre una posible escalada de violencia, especialmente si el candidato republicano Donald Trump, como en 2020, se negara a aceptar los resultados en caso de una derrota. La experiencia del asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, cuando miles de seguidores de Trump irrumpieron en la sede del Congreso, sigue siendo una herida abierta en la democracia estadounidense.
En ese sentido, Smith también hizo un llamado a la colaboración de la comunidad, solicitando a los ciudadanos estar atentos y denunciar cualquier actividad sospechosa. «Vamos a necesitar que la comunidad nos ayude, que sea otro par de ojos y oídos. Si ven algo, díganlo», expresó. Sin embargo, aclaró que, por el momento, no existen «amenazas creíbles» que pongan en peligro el desarrollo de los comicios.
Operativos de seguridad en todo el país
El refuerzo de seguridad no se limita a Washington D.C. En varios estados clave como Nevada, Washington y Oregón, la Guardia Nacional se encuentra en alerta para garantizar que la jornada electoral transcurra sin incidentes. En Washington, el gobernador demócrata Jay Inslee señaló que el estado está preparado para responder rápidamente a cualquier disturbio civil. «Quiero asegurarme de que estamos totalmente preparados para responder a cualquier eventualidad», comentó.
Las amenazas a la seguridad electoral se han intensificado tras incidentes como el incendio de buzones para el voto por correo en Washington, además de hechos similares registrados en Oregón y Arizona, donde las autoridades ya han abierto investigaciones.
Para contrarrestar estos riesgos, cerca de 100,000 colegios electorales en todo el país estarán equipados con botones de emergencia, según confirmó la empresa especializada Runbeck Election Services.
En Arizona, un estado clave en la disputa por la Casa Blanca, las autoridades han reforzado la seguridad al máximo. La sede electoral del condado más poblado se ha transformado en una fortaleza, con detectores de metales, drones patrullando los cielos y francotiradores apostados en los techos. Esta medida busca garantizar la seguridad del proceso electoral y tranquilizar a los votantes.
Preparativos ante la posibilidad de disturbios
En Pensilvania, otro de los estados clave, las autoridades han redoblado los esfuerzos para proteger el proceso electoral, con una presencia de seguridad reforzada en todos los niveles y vigilancia constante. Según un portavoz del estado, se han implementado medidas para hacer frente a una amplia variedad de escenarios potenciales, aunque «es imposible prepararse para todos los escenarios posibles».
El clima de tensión se debe, en gran parte, a las denuncias de fraude electoral formuladas por Trump y sus seguidores en las últimas elecciones. En este sentido, varios estados han promulgado leyes específicas para proteger a los trabajadores electorales de amenazas, acoso e intimidación, especialmente después de los ataques a funcionarios públicos durante los últimos años.
En Washington D.C., algunos comerciantes cercanos a la Casa Blanca se han anticipado a posibles disturbios, tapando sus negocios en previsión de un escenario de violencia. «En muchos sentidos, nuestros preparativos para 2024 comenzaron el 7 de enero de 2021», afirmó Christopher Rodríguez, un funcionario de la ciudad.
Una mirada al pasado y la preocupación por el futuro
El fantasma del asalto al Capitolio sigue rondando en la capital federal. En enero de 2021, cientos de partidarios de Trump irrumpieron en el Congreso en un intento de detener la certificación de la victoria de Joe Biden. Aquella jornada dejó en claro las vulnerabilidades del sistema electoral estadounidense y el peligro de que la desinformación y la reticencia a aceptar los resultados democráticos puedan poner en riesgo la estabilidad del país.
Ante este panorama, las autoridades de todo el país se están preparando para lo peor, con el objetivo de garantizar que las elecciones de 2024 se desarrollen de manera segura, sin violencia y con el respeto debido a la voluntad del pueblo estadounidense.
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