El Banco Central amplió a $60.000 el monto máximo que se puede retirar por cajero automático, beneficiando especialmente a aquellos que no son clientes de la entidad. Esta medida, aunque facilita el acceso al efectivo, plantea desafíos tanto para los usuarios como para las entidades bancarias.
Por un lado, los usuarios ahora podrán disponer de mayores sumas de dinero en efectivo, lo cual resulta especialmente útil en situaciones de emergencia o cuando hay dificultades para realizar pagos electrónicos. Sin embargo, el uso excesivo de efectivo puede exponerlos a mayores riesgos de seguridad.
Por otro lado, las entidades bancarias deberán adaptarse a esta nueva realidad, incrementando sus reservas de efectivo y ajustando sus sistemas de seguridad. Además, deberán enfrentar el desafío de mantener la rentabilidad de sus servicios en un contexto de menor uso de los canales digitales.
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