La Justicia salteña continúa investigando el caso de la desaparición de María Cash, ocurrida el 8 de julio de 2011, y se concentra en el camionero Héctor Romero, quien está detenido bajo sospecha de haber participado en el crimen. La atención de los fiscales se centra en la posible vinculación de Romero con el lugar donde habría arrojado el cuerpo de la joven, en un hecho que pudo haber ocurrido un mes después de su desaparición.
Fuentes judiciales confirmaron que el 8 de agosto de 2011, exactamente un mes después de la desaparición de Cash, el teléfono celular de Romero se detuvo por más de una hora en la zona de El Tunal, una localidad ubicada a pocos kilómetros de la Ruta 16. Según el análisis de las antenas de telefonía, durante este período de tiempo, el camionero permaneció en un área en la que no tenía justificación de estar, lo que despertó las sospechas de los investigadores.
El patrón de comportamiento de Romero se rompió nuevamente durante su viaje a Joaquín V. González (JVG), ya que tardó casi dos horas en recorrer una distancia de 35 km entre El Tunal y JVG. Este tiempo de viaje es notablemente superior al que un camión cargado debería tomar para cubrir la misma distancia, lo que generó más dudas sobre la versión del detenido.
Además, un testigo clave, René Torres, había declarado en 2011 que vio a una mujer pidiendo ayuda al costado de la ruta, con características que coinciden con la descripción de María Cash. Torres señaló que un camión blanco con la leyenda «CATITA» levantó a la joven, llevándola rumbo sur por la Ruta Nacional 34. Esta información llevó a los investigadores a citar a Romero como testigo, aunque nunca fue él quien se acercó de manera voluntaria a la Justicia.
El fiscal general de Salta, Eduardo Villalba, explicó que las pruebas obtenidas, como los análisis de las antenas y las conversaciones filtradas entre Romero y un conocido, apuntan a contradicciones en las declaraciones del camionero. Villalba también destacó que Romero nunca alertó a las autoridades sobre la desaparición de Cash, a pesar de la amplia difusión del caso en los medios.
Uno de los puntos más relevantes de la investigación es el análisis del teléfono celular de Romero, realizado por Gendarmería Nacional. Las conversaciones que se filtraron en las que Romero habla sobre lo que debería declarar ante la Justicia para no perjudicarse, han aumentado la sospecha de que el camionero podría estar ocultando información clave.
En su declaración, Romero aseguró que había llegado a Joaquín V. González a las 18:42 y regresó a Güemes a las 21:07, lo que indica un tiempo de demora inexplicable tanto en el viaje de ida como en el de vuelta. Estos elementos, sumados a las incongruencias de los horarios, refuerzan la teoría de que el camionero podría haber estado involucrado en el crimen.
Por último, la defensa de Romero ha solicitado prisión domiciliaria, debido a su edad avanzada (71 años) y su estado de salud, pero los investigadores siguen analizando minuciosamente las pruebas y las contradicciones que rodean el caso.
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