Fuentes del Gobierno confirmaron que al menos dos bancos de capitales nacionales solicitaron la desregulación del crédito en dólares. La petición apunta a flexibilizar las regulaciones macroprudenciales que, desde la crisis de 2001, establecen que los préstamos en moneda extranjera solo pueden ser otorgados a aquellos sectores que generen divisas. La propuesta está siendo evaluada por las autoridades, aunque dentro del propio sector financiero existen diversas posturas sobre sus implicancias.
El presidente del Banco Santander, Alejandro Butti, defendió la medida, señalando que orientar los créditos en dólares hacia quienes generan divisas es “un principio fundamental para garantizar la sostenibilidad y confianza del sistema financiero”. En cambio, otros actores del sector, como el ex vicepresidente del Banco Central, Jorge Carrera, calificaron la flexibilización de estas regulaciones como “peligrosa”, ya que podría generar un auge de créditos en dólares con el consecuente riesgo para la estabilidad financiera, recordando el colapso que se produjo durante la convertibilidad debido a la expansión descontrolada del crédito en moneda extranjera.
Un cambio impulsado por el contexto económico
El contexto actual, marcado por el aumento de la liquidez en dólares en el sistema financiero argentino, ha generado el debate sobre la desregulación del crédito. Según la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), el éxito del último blanqueo de capitales permitió regularizar alrededor de 20.000 millones de dólares, lo que incrementó los depósitos privados en dólares a un máximo histórico de 34.000 millones en octubre. A pesar de una salida gradual de divisas, los depósitos se mantienen por encima de los 31.000 millones de dólares, una cifra superior a los niveles previos al régimen de regularización de activos.
En este contexto, al menos dos bancos nacionales han solicitado al Gobierno flexibilizar las restricciones sobre el crédito en dólares, con el objetivo de movilizar los dólares ociosos y convertirlos en préstamos destinados a sectores productivos, lo que incrementaría la oferta de divisas y permitiría al Banco Central seguir acumulando reservas. La medida podría beneficiar a ciertos sectores económicos, como la construcción, tal como lo insinuó el ministro de Economía, Luis Caputo, durante un reciente evento en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
División en el sector bancario: ¿un riesgo para la estabilidad financiera?
Aunque la medida cuenta con el respaldo de algunos actores, como el presidente de Adeba, Javier Bolzico, quien destacó la importancia de debatir sobre los créditos en dólares para aumentar la competitividad económica, otros miembros del sector bancario mantienen reservas. Los bancos internacionales agrupados en la Asociación de Bancos Argentinos (ABA) alertaron sobre los riesgos de flexibilizar la norma, advirtiendo que un aumento en los créditos en dólares podría generar vulnerabilidades, especialmente en un escenario de devaluación.
Por otro lado, el economista Emiliano Anselmi consideró que la flexibilización podría ser una forma rápida de transformar los dólares ociosos en préstamos y aliviar la escasez de divisas. Sin embargo, remarcó que las regulaciones vigentes desde la crisis de 2001 han sido un salvavidas en momentos de tensión financiera, como la crisis global de 2008 y la corrida cambiaria de 2018. Según Anselmi, la desregulación del crédito en dólares podría poner en riesgo la estabilidad del sistema bancario, tal como ocurrió en los años previos al colapso de la convertibilidad.
Un dilema para el Gobierno
El equipo económico del Gobierno aún no ha tomado una decisión final sobre la flexibilización de las regulaciones, y el tema continúa siendo objeto de debate. Dos fuentes consultadas indicaron que la propuesta está en análisis, aunque reconocen que existen posiciones contrapuestas dentro del sector financiero y entre los responsables de la política económica. En este escenario, la clave será encontrar un equilibrio que permita reactivar la economía sin comprometer la estabilidad del sistema financiero argentino.
En resumen, la posibilidad de flexibilizar las regulaciones del crédito en dólares sigue generando controversia en el sector bancario y el Gobierno aún no ha definido si adoptará esta medida. Mientras algunos consideran que podría ser una herramienta para incrementar las reservas del Banco Central y aumentar la competitividad de la economía, otros advierten sobre los riesgos inherentes a la expansión del crédito en moneda extranjera, recordando las lecciones de la crisis de 2001.
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