El Gobierno de la Nación oficializó este viernes la desregulación del servicio de rampa en todos los aeropuertos del país, una medida que busca romper el monopolio de la empresa estatal Intercargo y permitir la participación de empresas privadas en la prestación de estos servicios. La resolución, publicada bajo la firma de la Secretaría de Transporte del Ministerio de Economía, fue motivada por el reciente conflicto gremial que afectó el normal funcionamiento del Aeroparque Jorge Newbery y dejó a miles de pasajeros varados debido a un paro sorpresivo de los trabajadores de Intercargo.
La Resolución 49/2024 habilita a empresas privadas a operar los servicios de rampa no solo en el Aeroparque, donde se focalizó el conflicto, sino en todos los aeropuertos del país. Según los fundamentos de la medida, esta desregulación se alinea con la política de «cielos abiertos» que busca ampliar la competencia y mejorar los servicios en el sector aeronáutico, siempre en «condiciones de seguridad».
A partir de esta resolución, Intercargo pierde el control exclusivo sobre los servicios de rampa, que incluyen tareas como la carga y descarga de equipajes, el abastecimiento de combustible y el servicio de limpieza de aeronaves, entre otros. Para los nuevos prestadores privados, la resolución establece que podrán explotar los servicios por un período inicial de 15 años, con posibilidad de renovación automática, bajo la condición de cumplir con los estándares de seguridad operativa.
Además, el Gobierno estableció que en caso de que se repitan situaciones de paros o interrupciones en los servicios de rampa, las Fuerzas de Seguridad, previa instrucción del Ministerio de Seguridad, podrán operar de manera «temporal y excepcional» los servicios aeroportuarios. Esta medida fue justificada bajo el argumento de que el rol de los operadores aeroportuarios y las aerolíneas es «esencial para el éxito y agilidad del sistema».
El fin del monopolio de Intercargo
La desregulación llega luego de una serie de medidas adoptadas por el Gobierno tras el sorpresivo paro de los trabajadores de Intercargo que paralizó el Aeroparque el pasado martes, dejando a miles de pasajeros atrapados dentro de los aviones. En respuesta a este conflicto, que también generó una crisis operativa en el sector, el Gobierno echó a 15 empleados de Intercargo y, a través de esta resolución, puso fin al «monopolio» de la empresa estatal.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, confirmó que la medida busca «abrirle el juego a otras empresas» y poner fin a la hegemonía de Intercargo, una empresa que hasta ahora tenía el control exclusivo de los servicios de rampa en todos los aeropuertos del país. Adorni aseguró que este cambio implica «el fin de Intercargo tal y como lo conocimos hasta ahora».
La intervención de las Fuerzas de Seguridad
En línea con la desregulación del servicio de rampa, también se emitió una resolución que autoriza a la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) a realizar tareas de carga y descarga de equipajes en situaciones excepcionales, como la vivida en el paro de Intercargo. En este contexto, la PSA podrá intervenir en Aeroparque y en cualquier otro aeropuerto del país donde se produzcan paros o interrupciones en los servicios de rampa.
La resolución instruye a la PSA a ejecutar estas tareas «por parte del personal debidamente habilitado» y mientras dure la «situación excepcional motivada por la huelga de operadores de plataforma de servicios de rampa de la empresa Intercargo».
Intercargo y el futuro de los servicios aeroportuarios
Intercargo es una de las seis empresas incluidas en el anexo de la Ley de Bases, que establece que estas compañías están sujetas a procesos de privatización. La firma estatal, que genera ganancias principalmente a través de los servicios para vuelos internacionales, ha estado en el centro del debate debido a su monopolio en los servicios de rampa y la dependencia de un tipo de cambio alto, dado que las tarifas de estos servicios se fijan en dólares.
Actualmente, solo algunas aerolíneas, como Aerolíneas Argentinas, Flybondi y American Airlines, tienen la capacidad de operar sus propios servicios de rampa, mientras que el resto depende de Intercargo.
Con la desregulación, se espera que surjan nuevos competidores en el mercado, lo que podría mejorar la calidad de los servicios y reducir los costos operativos para las aerolíneas, a la vez que se fortalece el sistema aeroportuario en su conjunto. Esta medida forma parte de una serie de reformas impulsadas por el Gobierno para aumentar la competencia en el sector aeronáutico y garantizar que los servicios se mantengan operativos incluso ante posibles conflictos laborales.
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