La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos ha generado un fuerte impacto en los mercados internacionales y ha llamado la atención de empresarios argentinos que observan con preocupación las posibles repercusiones para la industria local. Si bien los efectos aún son inciertos, los expertos del sector privado advierten que la aplicación de políticas proteccionistas por parte del próximo mandatario estadounidense podría acelerar la desindustrialización en Argentina y aumentar la competencia de productos importados, especialmente de China.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!Un gobierno industrialista en EE. UU.
La propuesta de Trump de reindustrializar Estados Unidos y aumentar la competitividad de su industria ha captado la atención de muchos empresarios locales. En sus declaraciones, Tomás Karagozian, CEO de TN Platex y heredero de una de las familias más influyentes en la industria textil argentina, se mostró positivo ante la perspectiva de un presidente que promueve el proteccionismo y el fortalecimiento de la industria nacional. «Ganó Trump, un presidente que busca reindustrializar, que ve a la energía como vector de desarrollo, que pelea con una visión nacionalista por el valor agregado y para que el trabajo vuelva a Estados Unidos», expresó Karagozian.
Trump ha prometido una política que impulse la producción interna y reduzca las importaciones, especialmente provenientes de China. Durante su campaña, ya había propuesto aumentar hasta un 20% los aranceles a productos importados, y en el caso de las exportaciones chinas, esa cifra podría elevarse hasta el 60%. Además, ha mencionado la posibilidad de imponer aranceles del 100% a aquellos países que no utilicen el dólar estadounidense en sus transacciones internacionales.
Preocupación por el impacto en las exportaciones e importaciones
El panorama no parece tan prometedor para las exportaciones argentinas, que mantienen una balanza deficitaria con Estados Unidos. Según el INDEC, en septiembre de este año Argentina exportó productos por un valor de 489 millones de dólares a EE. UU. y realizó importaciones por 506 millones, con un saldo negativo de 17 millones de dólares. Entre los productos argentinos más exportados a Estados Unidos se encuentran carne bovina, soja, aceites de petróleo crudo y carbonatos de litio, entre otros.
En este contexto, Román Guajardo, presidente de la Unión Industrial Región Rosario, advierte que las exportaciones argentinas podrían resentirse debido a las medidas proteccionistas que Trump pretende implementar. «Si bien es prematuro sacar conclusiones definitivas, las exportaciones podrían verse afectadas si las políticas proteccionistas se intensifican», indicó Guajardo.
Por su parte, Oliver Maltz, secretario de la Unión Industrial Argentina (UIA) Joven, expresó una preocupación similar sobre el impacto que la suba de aranceles pueda tener en las importaciones desde China, lo que podría llevar a una «sobrecarga» de productos en el mercado global. Esta sobreoferta podría afectar a la industria local, ya que algunos productos podrían «rifarse» a precios muy bajos, poniendo en riesgo la competitividad de la producción nacional.
Un llamado a una política industrial nacional
En un informe difundido por la Fundación Protejer, que preside Luciano Galfione, se resaltó que la victoria de Trump es una clara señal de que Estados Unidos apuesta a la reindustrialización como política clave para su crecimiento económico. El informe, que critica la falta de acción en Argentina, sostiene que mientras Trump promueve una expansión de la industria y la creación de empleos dentro de su país, Argentina sigue demorando las reformas estructurales necesarias para ganar competitividad y enfrentar la apertura indiscriminada de importaciones.
Según Galfione, «mientras Trump augura un período de oro para Estados Unidos, Argentina sigue sin implementar reformas de primera, segunda y tercera generación, imprescindibles para fortalecer la competitividad en un contexto de liberalización comercial y apreciación cambiaria».
El panorama de la competitividad argentina
¿Por qué Argentina no es competitiva? Varios empresarios argentinos coinciden en que la falta de competitividad no se debe tanto a la falta de tecnología, sino a factores estructurales internos como los altos costos de insumos básicos, la industria del juicio y la falta de incentivos fiscales. Un empresario de Buenos Aires, que prefirió mantener el anonimato, comentó que uno de los principales problemas radica en la estructura impositiva del país, que no favorece a las pequeñas y medianas empresas (pymes). Según este empresario, una posible solución sería la implementación de una «monotasa productiva» y la exclusión de impuestos distorsivos como el de ingresos brutos a nivel provincial.
Protección para la industria local
El panorama para la industria argentina también se complica debido a la apertura comercial que podría intensificarse en los próximos años. Sergio Echebarrena, empresario del sector energético, destacó que las políticas proteccionistas de Trump, combinadas con la apertura comercial argentina, podrían resultar en una mayor entrada de importaciones. «El proteccionismo estadounidense, combinado con la apertura comercial argentina, promoverá mayores importaciones, lo que pondrá en riesgo la producción local», explicó.
Sin embargo, Echebarrena también subrayó que las exportaciones argentinas hacia EE. UU. no se verían particularmente afectadas, ya que los sectores más competitivos de la industria local son pequeños y de nicho, lo que les otorga mayor rentabilidad.
El crecimiento industrial de China también es un factor que no pasa desapercibido para los empresarios argentinos. En las últimas décadas, China ha dejado de ser simplemente un polo de fabricación de bajo costo para convertirse en una potencia industrial que ahora compite directamente con países como EE. UU. En este contexto, el presidente de la UIA Región Rosario, Román Guajardo, comentó que las políticas de «outsourcing» que favorecieron a China en el pasado están siendo ahora cuestionadas por EE. UU., lo que explica, en parte, la emergencia de la figura de Trump.
Conclusión
El triunfo de Donald Trump, con su enfoque proteccionista y su promesa de reindustrializar Estados Unidos, está generando un fuerte debate en Argentina sobre la necesidad urgente de implementar una política industrial coherente y efectiva. Mientras que algunos empresarios ven en la visión de Trump una oportunidad para fortalecer el sector industrial, otros temen que las medidas adoptadas por el gobierno estadounidense, sumadas a la apertura comercial de Argentina, agraven la competitividad local y aceleren la desindustrialización. En este contexto, la adopción de reformas estructurales y una política industrial sólida parecen ser clave para el futuro de la economía argentina.