*Jorge Costas
En los últimos años, el Polo Integral de la Mujer en Córdoba, Argentina, ha sido uno de los principales centros gubernamentales de atención contra la violencia de género. Fundado con la «noble intención de proteger a las mujeres víctimas de violencia», ha recibido apoyo y financiamiento de diversos organismos internacionales, entre ellos el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), además de contar con un sustancial respaldo del gobierno provincial. Sin embargo, detrás de este apoyo aparentemente altruista se esconde un sesgo ideológico que ha transformado este centro en un ejemplo del peligroso avance de la ideología de género en la política pública y su impacto negativo en los hombres, particularmente en Argentina, en este caso.
El Polo de la Mujer ha sido criticado por promover una agenda ideológica que va más allá de la lucha contra la violencia de género, fomentando políticas basadas en denuncias infundadas. En muchas ocasiones, acusaciones de violencia doméstica o abuso son utilizadas como herramientas para criminalizar a los hombres sin pruebas suficientes. Este enfoque ideológico no solo es ineficaz para combatir la violencia real, sino que también perjudica a los hombres, quienes se ven injustamente estigmatizados y excluidos de un proceso de justicia verdadero.
El Polo Integral de la Mujer recibe un presupuesto creciente por parte del gobierno de Córdoba. En 2018, se destinaron $236.911.000 al programa, reflejando un aumento del 66% respecto al año anterior. Sin embargo, no hay datos específicos sobre cuánto de este presupuesto se asigna efectivamente a la protección de mujeres en situación de vulnerabilidad y cuánto se destina a sostener estructuras burocráticas e iniciativas alineadas con la ideología de género.
Este mecanismo se refuerza gracias a la participación activa de autoridades como fiscales y funcionarios del gobierno, que contribuyen a dar legitimidad a un sistema que perpetúa un ciclo de persecución legal encubierta. La intervención internacional de organismos como el PNUD, que se encargan de financiar y monitorear programas como el Polo de la Mujer, refuerza esta dinámica, garantizando que la ideología detrás de este proyecto se mantenga intacta, sin importar el daño colateral que cause a los derechos de los hombres.
La Conexión con Agendas Internacionales y el Financiamiento de la Ideología de genero
El Polo Integral de la Mujer ha recibido una enorme financiación internacional, parte de la cual proviene de gobiernos extranjeros y de organismos como el PNUD. La agenda feminista radical impulsada por Naoko Ishii, presidenta del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), ha sido una de las principales promotoras de la ideología de género dentro de los programas internacionales. Ishii ha reducido cuestiones globales como el cambio climático a un problema de género, promoviendo políticas que afectan principalmente a las mujeres sin considerar la realidad compleja de los problemas ambientales y sociales que enfrentan todos los géneros. Bajo su dirección, los fondos destinados al medio ambiente incluyen una fuerte agenda feminista, lo que desvía recursos que podrían haberse destinado a solucionar problemas ambientales universales.
El impacto de esta agenda de género no se limita al Polo de la Mujer en Córdoba. En toda Argentina, la ideología de género promovida por organismos internacionales ha tenido un efecto profundo en las políticas públicas, afectando principalmente a los hombres. Las leyes de género han sido implementadas en todos los niveles del gobierno, y su influencia es particularmente fuerte en el ámbito judicial, donde las denuncias de violencia doméstica se toman con una presunción de culpabilidad para los hombres. Este enfoque unidimensional ha dado lugar a un aumento de denuncias falsas, lo que termina perjudicando a hombres inocentes atrapados en un sistema judicial distorsionado por esta ideología.
Este ambiente tóxico ha creado una sociedad en la que la presunción de culpabilidad se ha instalado como norma, mientras que los derechos de los hombres son cada vez más ignorados. El Polo de la Mujer, con su enfoque ideológico, ha fomentado este fenómeno, afectando no solo a los hombres que sufren falsos cargos, sino también a aquellos que se encuentran bajo presión social y legal, con pocas oportunidades de defenderse de acusaciones infundadas.
El Polo de la Mujer, a través de su financiación internacional, se presenta como un modelo de protección y justicia para las mujeres, pero en la práctica, este sistema perpetúa un ciclo de injusticia. La inclusión de género en este tipo de proyectos, que pretende tratar problemas medioambientales y sociales desde una perspectiva ideológica, no ha servido para crear una solución integral. En lugar de fomentar la colaboración entre hombres y mujeres para resolver los problemas de violencia y desigualdad, ha aumentado la polarización social, relegando a los hombres a un papel de «culpables» sin importar las circunstancias.
Este enfoque discriminatorio no solo es dañino para los hombres, sino también para las mujeres, ya que limita el verdadero avance hacia una sociedad equitativa. La verdadera igualdad de género no se logra a través de la persecución legal ni la creación de falsos enemigos, sino mediante políticas justas y equitativas que reconozcan las necesidades y derechos de todos los géneros, sin distorsionar la realidad por razones ideológicas.
La agenda ideológica de género promovida por organismos internacionales como el PNUD y figuras como Naoko Ishii no solo está afectando a los hombres de Argentina, sino que está socavando la justicia social. La financiación de programas como el Polo de la Mujer y su énfasis en la ideología feminista radical perjudica la verdadera lucha por la igualdad de género, alimentando una narrativa divisiva que criminaliza injustamente a los hombres. Es fundamental que se denuncie esta distorsión de la realidad y se busque un enfoque más equilibrado y justo en las políticas públicas. La verdadera justicia no debe ser una herramienta ideológica, sino un derecho para todos, independientemente de su género.
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