Durante gran parte del siglo XX, la energía nuclear fue vista con escepticismo, principalmente debido a su complejidad técnica, el manejo de desechos radiactivos y desastres históricos como los de Chernobyl (1986) y Fukushima (2010), que dejaron profundas huellas sociales y ambientales. Sin embargo, en los últimos años, esta percepción ha comenzado a cambiar. En un contexto de creciente demanda energética, impulsada por la expansión de la inteligencia artificial (IA) y la urgencia por descarbonizar las economías, la energía nuclear ha resurgido como una opción clave para garantizar un futuro energético más limpio.
En este escenario, Argentina se encuentra en una posición estratégica, gracias a su vasta trayectoria en el desarrollo y manejo de tecnología nuclear. El país, con más de 50 años de historia en el sector, podría beneficiarse enormemente de esta nueva etapa, atrayendo la atención de grandes empresas tecnológicas como Amazon, Google y Microsoft, que están invirtiendo fuertemente en reactores nucleares para alimentar sus centros de datos.
¿cómo funciona la energía nuclear?
La energía nuclear se genera a través de la fisión, un proceso en el que los núcleos de átomos pesados se dividen, liberando grandes cantidades de energía térmica. Esta energía se convierte en electricidad mediante generadores mecánicos (turbinas), en un proceso similar al que se utiliza con los combustibles fósiles, como el carbón, el gas y el petróleo. A lo largo de su historia, la energía nuclear ha jugado un rol clave en la matriz energética global, aunque sus desastres más sonados marcaron su imagen.
avances tras los desastres
Los desastres de Chernobyl y Fukushima fueron un punto de inflexión en la industria nuclear. Sin embargo, estos eventos también impulsaron avances significativos en términos de seguridad y eficiencia, lo que ha permitido a la industria nuclear evolucionar exponencialmente. Un ejemplo de ello son los Pequeños Reactores Modulares (SMRs), que ofrecen una alternativa más segura, económica y adaptable para la generación de electricidad con bajas emisiones de carbono. Según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), estos avances están revolucionando el sector y minimizando los riesgos ambientales.
la nuclear: una solución para la descarbonización global
La energía nuclear se presenta como una de las pocas fuentes de electricidad que no emiten gases de efecto invernadero. A diferencia de las energías renovables, como la solar y la eólica, que dependen de condiciones climáticas y geográficas específicas, la energía nuclear puede generar electricidad de manera continua, lo cual es crucial para cubrir la creciente demanda energética de las ciudades y, especialmente, de los centros de datos y las aplicaciones de IA, que requieren un suministro constante y predecible.
De hecho, según la Agencia Internacional de Energía (AIE), la energía nuclear ya genera más electricidad libre de carbono que la solar y la eólica combinadas, y se espera que la capacidad instalada se triplique para 2050, lo que ayudará a alcanzar las metas de cero emisiones en grandes potencias y corporaciones globales.
las grandes empresas apuestan por la nuclear
Empresas líderes en tecnología ya han comenzado a invertir en energía nuclear como una solución para alimentar sus crecientes centros de datos. Amazon Web Services (AWS), por ejemplo, ha anunciado una inversión de 500 millones de dólares para desarrollar nuevos reactores nucleares modulares. Microsoft, por su parte, planea reactivar un reactor en EE. UU. que destinará exclusivamente a sus centros de IA, mientras que Google firmó un acuerdo para comprar energía de múltiples SMRs. Estas iniciativas no solo ayudarán a estas compañías a cumplir sus ambiciosos objetivos de energía libre de carbono, sino que también podrían consolidar la energía nuclear como una opción clave para las industrias de alta demanda energética.
argentina, un actor clave en la energía nuclear
Argentina se encuentra en una posición privilegiada para aprovechar esta nueva etapa de la energía nuclear. El país no solo cuenta con tres centrales nucleares operativas (Atucha I, Atucha II y Embalse), sino también con una infraestructura de investigación y desarrollo de primer nivel, liderada por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y INVAP, la empresa nacional que ha exportado reactores nucleares y sigue desarrollando tecnología avanzada.
Con más de 50 años de experiencia, Argentina tiene el potencial de convertirse en un proveedor clave de tecnología nuclear, aprovechando su infraestructura y capacidad científica para posicionarse en el mercado global de energía limpia.
desafíos y futuro
Sin embargo, el crecimiento de la energía nuclear no está exento de desafíos, especialmente en lo que respecta a la gestión de residuos radiactivos. No obstante, los avances tecnológicos actuales permiten vislumbrar que es posible gestionar estos residuos de manera efectiva y sostenible, lo que abre nuevas perspectivas para la industria.
A nivel global, en la última COP28 celebrada en Dubai, 24 países se comprometieron a triplicar la capacidad nuclear instalada para 2050, un acuerdo que se amplió a 31 países en la COP29 de Bakú, Azerbaiyán, incluyendo potencias como el Reino Unido, Francia, Canadá y EE. UU. Este tipo de compromisos internacionales reflejan la creciente confianza en la energía nuclear como una solución clave para alcanzar un futuro sin emisiones.
una oportunidad para argentina
Si bien los riesgos asociados con la energía nuclear no deben ser minimizados, los avances tecnológicos y la creciente demanda de energía limpia sugieren que esta fuente de energía será fundamental en la lucha contra el cambio climático. Argentina, con su vasta experiencia y capacidades, tiene una oportunidad única para aprovechar esta tendencia global y posicionarse como un actor clave en la transición energética mundial.
La energía nuclear podría ser la pieza que Argentina necesita para contribuir a un futuro energético más seguro, limpio y sustentable.
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