Las grandes tabacaleras multinacionales, Massalin y BAT, han puesto en marcha una estrategia agresiva para dominar el mercado argentino, según denunció Alberto Simonetti, presidente de Untapya. Al reducir drásticamente los precios de sus productos, buscan eliminar a la competencia local y monopolizar el sector.
Esta maniobra, que coincide con la reciente actualización de la Ley de Tabaco, está generando una preocupante caída en la recaudación impositiva, afectando directamente a los productores tabacaleros, a la ANSES y al Ministerio de Salud.
El Gobierno Nacional evalúa tomar medidas adicionales para contrarrestar esta situación, como un nuevo aumento del impuesto al cigarrillo.
Lo que parecía ser una victoria para la salud pública con la nueva Ley de Tabaco se ha transformado en una batalla económica que pone en riesgo a los productores tabacaleros argentinos. Las grandes tabacaleras, aprovechando el aumento del impuesto al cigarrillo, han decidido bajar sus precios de manera coordinada, con el objetivo claro de eliminar a la competencia local y quedarse con el mercado.
Esta estrategia, según denunció Alberto Simonetti, presidente de Untapya, está generando una serie de consecuencias negativas:
- Caída de la recaudación impositiva: La reducción de precios está llevando a una disminución en los ingresos fiscales, afectando a sectores clave como la salud y las jubilaciones.
- Desplome de los productores locales: Las pequeñas y medianas empresas tabacaleras se encuentran en una situación crítica, al no poder competir con los precios de las multinacionales.
- Aumento del consumo de tabaco: La reducción de precios podría incentivar el consumo de cigarrillos, lo que contradice el objetivo principal de la Ley de Tabaco.
Ante esta situación, el Gobierno Nacional está evaluando la posibilidad de implementar nuevas medidas para proteger a los productores locales y garantizar una recaudación impositiva adecuada.
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