La vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel, decidió prorrogar hasta marzo el congelamiento de los salarios de los senadores nacionales, que estaba establecido hasta el 31 de diciembre. La medida se tomó tras una fuerte reacción social por la noticia del aumento salarial que llevaría los sueldos de los legisladores a 9,5 millones de pesos brutos a partir de enero.
La prórroga de la vicepresidenta no sorprendió, dado el contexto de presión política y social. Según informó MDZ, la posibilidad de frenar el aumento dependía de la decisión de los legisladores, pero también de la voluntad de Villarruel, quien tenía la facultad de intervenir en el tema. En este marco, los bloques de La Libertad Avanza, el PRO, la UCR y los federales de Provincias Unidas presentaron una serie de notas solicitando la prórroga y presionando para que la vicepresidenta tomara una decisión en ese sentido.
La presión política y las críticas del presidente Milei
Aunque en un principio Villarruel había expresado que únicamente los senadores podían tomar la determinación de ajustar sus sueldos a través de una votación en el recinto, las críticas tanto del presidente Javier Milei como de distintos sectores de la oposición terminaron por cambiar el rumbo. El rechazo a la posible suba salarial se intensificó, y la medida de prorrogar el congelamiento se presentó como una forma de mitigar el descontento social.
El repudio de Juan Grabois y la indignación popular
El aumento de los salarios de los senadores también generó el rechazo de diferentes sectores sociales, entre ellos el dirigente social Juan Grabois, quien no dudó en calificar de «imbéciles» a los legisladores nacionales por la decisión. En un fuerte mensaje, Grabois expresó: «Si les chupa todo un huevo, se cagan en el pueblo o son imbéciles». Además, cuestionó el monto de los salarios propuestos, señalando que eran «100 veces superiores al que reciben los compañeros de la economía popular» y que superaban los sueldos de los legisladores en países desarrollados.
El dirigente social también hizo un llamado a los «compañeros honestos» a rechazar el aumento, considerando que un salario como el que se les estaba ofreciendo a los senadores era excesivo en comparación con la realidad económica de muchas personas en Argentina.
La decisión que enfrenta críticas y apoyo
La prórroga decidida por Villarruel en principio aliviará la presión sobre los legisladores, aunque no detendrá la discusión en torno a los sueldos de los funcionarios públicos. En un momento en el que el país atraviesa dificultades económicas, la propuesta de aumentar los salarios de los senadores generó una ola de críticas por considerarse un acto insensible ante la situación social que atraviesan muchos argentinos.
La decisión de Villarruel, al igual que las críticas de Grabois, demuestra una creciente brecha entre los representantes del poder político y el descontento popular por los privilegios de la clase política. Ahora, los legisladores deberán enfrentar el desafío de gestionar sus salarios y la percepción pública en un contexto cada vez más polarizado.
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