En un movimiento estratégico, el expresidente Mauricio Macri salió a la palestra mediática con una clara intención: mantener la identidad ideológica del PRO alineada con la del economista Javier Milei. Sin embargo, no dudó en criticar a Milei con argumentos contundentes.
El acto de asunción de la presidencia del PRO, organizado por Macri, fue meticulosamente coordinado. Durante su discurso y en dos entrevistas televisivas, Macri apuntó directamente a las debilidades del Gobierno de Milei. El expresidente enfatizó que no tiene relación con Karina Milei y subrayó un hecho conocido en la política argentina: gran parte del Estado sigue bajo el control de kirchneristas o massistas que se camuflan como libertarios para mantenerse en sus cargos.
Un ejemplo reciente de esta realidad ocurrió cuando Milei solicitó la renuncia a Adrián Luque, exconcejal de San Miguel vinculado al massismo. La designación de Luque como presidente de Trenes Argentinos por parte de La Libertad Avanza reveló la falta de control real sobre la empresa y la falta de información sobre excesos en contrataciones y gastos.
En resumen, Macri ha marcado su posición, cuestionando a Milei y mostrando una imagen de renovación en el PRO. El partido no está dispuesto a ceder terreno al movimiento libertario en su búsqueda por mantenerse relevante en la política argentina.
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