No se entiende nada – Columna de Marcos Lardone

Después de leer la última columna, un poco enojada Noelia (Con su dulzura de maestra jardinera) me torea feo:

Si vos decís que el único problema es el déficit fiscal, y también me decís que el gobierno tiene superávit desde que asumió hace 6 meses, ¿Por qué se la pasan anunciando cosas que ni los economistas entienden? ¿Y por qué no levantan el cepo de una buena vez?

Bueno, lo primero a aclarar es que todos los economistas entendemos perfectamente las medidas que se anuncian. Pasa que las resoluciones del ministerio de economía y del Banco Central son muy técnicas porque están dirigidas a un público muy específico donde esa información es útil para la toma de decisiones. Pero te juro que el que dice no entender es por uno de dos motivos: O es porque no tiene suficiente formación, o es porque no quiere entender.

Trato de evitar las metáforas, pero haremos aquí una excepción. Para que una familia pueda gastar más de lo que gana y así vivir por encima de sus posibilidades reales, alguien lo tiene que financiar. Lo primero es comprar con la tarjeta de crédito del banco, después la del supermercado, pero después de suficiente tiempo eventualmente uno empieza a dejarle anotado en la libreta del verdulero, el carnicero y el almacenero, se atrasa en el pago de la cuota del colegio, saca un crédito bancario o en alguna otra institución “menos formal”, eventualmente pide plata prestada a padres, después otros familiares y amigos… etc. Cada deuda es un problema distinto con consecuencias diferentes, pero es evidente que todos tienen la misma raíz.

Cuando de pronto la suerte cambia y esta familia empieza a gastar menos de lo que gana, de pronto empiezan otros problemas: qué deuda empezamos a cancelar primero. ¿Es prioritario pagar la tarjeta de crédito o ponerse al día con la cuota del colegio? ¿Podemos pagarle al banco primero, o le devolvemos la plata al suegro que nos mira mal en los almuerzos del domingo?

Toda la discusión pública que se está dando ahora[i], con términos como “Pases”, “MULC”, “PUTS”, “LeFi” e incluso el famoso “cepo” (La limitación de que el público pueda comprar o vender libremente los dólares que quiera) es en el fondo definir cuál deuda conviene cancelar primero: ¿Le pagamos a los acreedores del Banco Central o a los del Tesoro? ¿Guardamos los dólares para tener más reservas y ser más confiables, o los vendemos para que baje su precio y moderar las expectativas de inflación? ¿Nos conviene pagar primero la deuda tiene tasa más alta, es decir, es más cara; o nos conviene pagar la deuda barata pero que está más atrasada?

Como siempre pasa en la vida, cuando uno elige resolver un problema también está decidiendo demorar la resolución de otro, y cuáles problemas específicos elije el gobierno resolver primero es materia “opinable y criticable” y está muy bien que cada uno opine y critique según su mejor saber y entender. Evidentemente “El cepo” no es prioridad hoy para el gobierno, como si lo sería para mi amiga Noelia y para muchos analistas más si estuvieran en ese lugar.

¿Tengo yo una opinión personal respecto del orden en que se van resolviendo los problemas? Por supuesto que la tengo, pero yo no opino respecto de temas opinables.


Descubre más desde Nexus Contenido

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *