El proceso de percepción auditiva es asombroso. Cuando escuchamos un sonido, como la melodía de tu canción favorita o una conversación, este viaja a través del aire en forma de ondas sonoras. Nuestros oídos captan estas ondas y las transforman en señales eléctricas que son transmitidas a través de miles de células sensoriales en el oído interno.
Luego, estas señales viajan por el nervio auditivo hacia el tronco encefálico y finalmente llegan a la corteza auditiva en el cerebro. Aquí, el cerebro procesa y interpreta estas señales, permitiéndonos reconocer y entender los sonidos que escuchamos.
¿Sabías que el cerebro es capaz de distinguir entre una amplia gama de sonidos, desde el murmullo de la brisa hasta la voz de un ser querido? Este increíble proceso nos permite experimentar la música, el lenguaje y el mundo que nos rodea a través del poder del sonido.