El miércoles por la noche, un devastador accidente aéreo ocurrió sobre el río Potomac, en Washington, Estados Unidos, cuando un avión comercial de American Airlines colisionó con un helicóptero militar Black Hawk durante un vuelo de entrenamiento. El choque dejó al menos 28 muertos, incluido un ciudadano argentino que viajaba en el avión, según informaron fuentes oficiales.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!El avión de American Airlines, que trasladaba a 60 pasajeros y cuatro tripulantes, se aproximaba al aeropuerto Ronald Reagan cuando impactó en pleno vuelo con el helicóptero Sikorsky H-60 (Black Hawk). El helicóptero, que llevaba tres personas a bordo, estaba realizando maniobras de entrenamiento. Ninguno de los ocupantes del avión ni del helicóptero sobrevivió al siniestro, lo que ha conmovido a la opinión pública.
En respuesta al trágico incidente, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) de Estados Unidos inició una investigación para esclarecer las causas del choque. Miembros de la NTSB han recuperado las grabadoras de voz de la cabina y los datos de vuelo del avión, que ya están siendo analizados en los laboratorios de la Junta. Sin embargo, aún falta localizar la grabadora del helicóptero.
El portavoz de la NTSB, Peter Knudson, explicó a USA Today que no hay más grabadoras en el avión. La prioridad ahora es encontrar la grabadora del helicóptero para entender mejor las circunstancias que llevaron al accidente. Según las autoridades, la tripulación del helicóptero Black Hawk era «bastante experimentada», lo que genera aún más interrogantes sobre las causas de la tragedia.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, generó controversia al afirmar que el helicóptero implicado en el accidente volaba «demasiado alto» en el momento de la colisión. En una publicación en Truth Social, Trump indicó que el helicóptero se encontraba «muy por encima del límite de 200 pies (60 metros)», sugiriendo que esta podría haber sido una de las causas del siniestro.
En medio de la tragedia, se confirmó que un ciudadano argentino viajaba en el avión junto con su hijo, de nacionalidad chilena. La Cancillería argentina ha iniciado gestiones con el Departamento de Estado de Estados Unidos para identificar a las víctimas y brindar apoyo a sus familias.
El jefe de bomberos de Washington, John Donnelly, declaró en conferencia de prensa que en este momento las autoridades han dejado de considerar la operación como una de rescate y han comenzado con la operación de recuperación de cuerpos. «A esta altura no pensamos que haya sobrevivientes», añadió.
El incidente ha dejado una profunda consternación en la comunidad internacional, y se espera que las autoridades continúen trabajando para esclarecer los detalles de este trágico accidente aéreo.