A partir de este lunes, el Gobierno nacional iniciará su primera gran apuesta en materia financiera y cambiaria para el 2025, con una fórmula que apunta a desacelerar la inflación y consolidar la estabilidad económica. La estrategia, que combina una reducción en el ritmo de devaluación mensual y una disminución de la tasa de interés anual por debajo del 30%, busca que la tasa de inflación se ubique por debajo del 2% mensual, con la esperanza de llegar a un registro de 1% en los próximos meses.
El plan, impulsado por el presidente Javier Milei y su ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, tiene como objetivo llevar la inflación a niveles más bajos, especialmente en el primer semestre del año, para alcanzar la meta inicial que había sido planteada en el fallido presupuesto 2025: un aumento del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de menos del 24%. Según la línea fina de la ley que no fue aprobada por el Congreso, el IPC proyectado es del 18,8%.
Crawling peg y reducción de la tasa de interés
Uno de los pilares de la estrategia es la reducción del crawling peg (devaluación controlada) al 1% mensual, lo que contrasta con el 2% mensual previamente establecido. Para lograrlo, el Ministerio de Economía también reducirá la tasa de interés, esperando que la caída de las tasas impacte en los costos de los créditos para privados, especialmente en préstamos personales y financiamiento para las pymes.
No obstante, las autoridades reconocen que, a pesar de la disminución de las tasas de interés de referencia del Banco Central, la contracción en los costos de los créditos a privados aún no se ha reflejado de manera significativa, a pesar de la creciente demanda. Sin embargo, la administración de Milei se resiste a intervenir directamente, prefiriendo monitorear de cerca los movimientos financieros entre bancos y particulares.
Desinflación y medidas complementarias
Según los informes presentados este fin de semana por diversas consultoras, como la Fundación Capital, el Gobierno apuesta a la desinflación durante 2025, con especial énfasis en la desaceleración de los precios en la primera mitad del año. La Fundación Capital, dirigida por Carlos Pérez, advierte que si se mantienen los parámetros de emisión cero y control de la base monetaria, es posible que la inflación perfore el umbral del 2% mensual en los primeros meses de 2025. Esto se complementaría con una política fiscal restrictiva, y la reducción de la tasa de devaluación.
El informe también destaca que las autoridades del Gobierno están trabajando en una política salarial más estricta, evitando paritarias que superen los niveles de inflación, lo que podría complementar el objetivo de desinflación y moderación de los precios. Además, la corrección de tarifas de servicios públicos como electricidad, gas y agua será un tema clave para alinear los precios con las expectativas de inflación.
Inflación y medidas fiscales
A pesar de que 2024 cerró con una inflación de 117,8% interanual, lo que marcó una desaceleración respecto al 211,4% de 2023, el objetivo para 2025 es lograr un registro cercano al 23% anual. La política cambiaria y fiscal del Gobierno estará orientada a contener la brecha cambiaria, lo que será monitoreado de cerca por el equipo económico.
Entre las medidas adoptadas, se destaca la restricción cruzada entre el MLC y el CCL, con el Banco Central manteniendo una intervención directa en el mercado de dólares financieros, a lo que se añade la intervención indirecta a través del «dólar blend». También se prevé una moderación en el ritmo de apreciación cambiaria, lo que podría contribuir a una desaceleración de los precios de los bienes importados.
En cuanto a la política fiscal, el Gobierno ha confirmado que mantendrá un enfoque ortodoxo, con una suba salarial mensual del 1% para los empleados públicos durante el primer cuatrimestre de 2025, en línea con la pauta salarial establecida. Además, se continuará con la reducción de los subsidios energéticos, aunque con un impacto limitado en los precios.
Desafíos en el camino hacia la desinflación
A pesar de los avances en la desaceleración inflacionaria, el Gobierno enfrenta varios desafíos, especialmente en el ámbito de los servicios, cuyas tarifas continúan evolucionando por encima de los bienes. Las autoridades buscan balancear la corrección de las tarifas de electricidad, gas y agua con el objetivo de mantener un control fiscal, pero aún queda pendiente alinear los precios de otros servicios a las expectativas de una inflación más baja.
A medida que se aproximan las elecciones de medio término, el Gobierno confía en que las medidas de política económica contribuyan a una mayor moderación de la inflación y el fortalecimiento del rumbo económico. Según el escenario base de la Fundación Capital, existe una probabilidad del 70% de que la inflación se desacelere aún más durante el 2025, alcanzando un registro anual cercano al 23%. El desafío ahora será sostener la calma cambiaria y controlar la evolución de los precios en los próximos meses.
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