Los resultados de las autopsias realizadas a los cuerpos de Andrés «Pillín» Bracamonte y Daniel «Rana» Attardo, dos figuras prominentes de la barra brava de Rosario Central, confirmaron que ambos fueron asesinados a quemarropa, recibiendo cinco disparos cada uno. La información, dada a conocer en las últimas horas, aporta nuevos detalles a la investigación sobre el doble homicidio ocurrido en la ciudad santafesina.
El fiscal a cargo de la causa, Alejandro Ferlazzo, brindó una conferencia de prensa en la que confirmó que no hay detenidos hasta el momento, pero que las investigaciones avanzan con la hipótesis de un ajuste de cuentas dentro de la propia barra brava de Rosario Central. Según fuentes cercanas a la investigación, el ataque tendría sus raíces en los conflictos internos y en los poderosos intereses económicos y de poder que han marcado las disputas dentro de la hinchada.
El crimen: ejecución a sangre fría
El doble asesinato ocurrió en las primeras horas de la madrugada, cuando Bracamonte y Attardo, quienes se desplazaban en una camioneta, fueron embestidos y atacados a balazos. De acuerdo a los testimonios recabados por la policía, los agresores habrían sido al menos tres personas, y se escucharon al menos 15 disparos en total. De estos, 10 impactaron en los cuerpos de las víctimas, y según los informes forenses, cada uno recibió cinco disparos a corta distancia.
Los investigadores han analizado cámaras de seguridad en el área y reconstruido el modus operandi de los atacantes, quienes habrían aprovechado las condiciones de oscuridad en la zona, que sufrió un corte de energía el mismo día del ataque. «Sabemos que la zona no tenía luz; el viernes anterior al partido hubo un corte y se repitió el mismo día del ataque. Estamos pidiendo un informe para determinar si los criminales aprovecharon esta circunstancia», señaló el fiscal Ferlazzo.
Ajuste de cuentas interno: la guerra por el poder en la barra
La principal hipótesis manejada por los investigadores es que el crimen está vinculado a la lucha por el poder dentro de la barra brava de Rosario Central. «Hace unos días, uno de los miembros de la banda rival fue asesinado, y ahora se ‘la tenían jurada’ a Bracamonte y Attardo», señalaron testigos de la interna de la hinchada, quienes afirmaron que existen grandes sumas de dinero y poder en juego, lo que alimenta estos enfrentamientos violentos.
Bracamonte, conocido como «Pillín», era el líder histórico de la barra de Rosario Central y uno de los personajes más poderosos del fútbol barrial. Su muerte, junto a la de Attardo, su estrecho colaborador, ha sacudido la ciudad de Rosario, generando conmoción no solo en el ámbito futbolístico, sino también en la sociedad en general, que ya está acostumbrada a los episodios de violencia vinculados al mundo de las hinchadas.
Un crimen que refleja la violencia de la interna barrial
El ataque no solo remite a las luchas internas dentro de la barra, sino también a una escalada de violencia más amplia en Rosario, una ciudad donde los enfrentamientos entre grupos barriales se han vuelto cada vez más frecuentes. Además, la disputa por el control de la barra de Rosario Central involucra no solo cuestiones deportivas, sino también negocios ilegales relacionados con el tráfico de drogas, la extorsión y otros delitos vinculados a la economía subterránea.
En este contexto, las autoridades locales han reforzado las medidas de seguridad en el estadio de Rosario Central y en sus alrededores, mientras continúan investigando las conexiones entre el crimen de Bracamonte y Attardo con otros atentados recientes en la ciudad.
La investigación avanza
A pesar de la falta de detenciones hasta el momento, las autoridades continúan con la recopilación de pruebas y el análisis de las cámaras de seguridad en la zona del ataque. Ferlazzo destacó que los investigadores están enfocados en rastrear los movimientos de los posibles agresores y en determinar la posible participación de otros actores dentro de la estructura de la barra brava.
«La mecánica del hecho ya la conocemos. Bracamonte y Attardo fueron atacados mientras se desplazaban en su camioneta. Sabemos que los atacantes fueron al menos tres y que hubo más de 11 disparos», detalló Ferlazzo. Asimismo, el fiscal subrayó que la investigación continuará con la intervención de todas las fuerzas de seguridad disponibles, incluida la colaboración de la Policía de Santa Fe, y que los próximos días serán clave para determinar responsabilidades.
Repercusiones sociales y políticas
El asesinato de Pillín Bracamonte y Daniel Attardo ha dejado una marca profunda en Rosario, donde las barras bravas y su violencia han sido un tema recurrente de preocupación. El crimen también ha generado un debate sobre la creciente penetración de las barras en el mundo del fútbol y la falta de controles efectivos para prevenir estos episodios de violencia.
A medida que avanzan las investigaciones, la ciudad espera respuestas claras y rápidas. Los familiares de las víctimas y los hinchas de Rosario Central exigen justicia, mientras que la sociedad en general se enfrenta a una nueva manifestación de la violencia asociada al fútbol y la lucha por el poder en las barras.
El caso sigue en manos de la justicia, que deberá esclarecer no solo los detalles del ataque, sino también las causas subyacentes de esta espiral de violencia, que continúa azotando a Rosario.
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