La Cancillería argentina se encamina hacia una serie de ajustes drásticos como parte de la implementación del plan económico «motosierra», con el objetivo de reducir significativamente el gasto del organismo. El canciller Gerardo Werthein está al frente de este proceso de reestructuración, que incluirá una reorganización sustancial de las funciones del Ministerio de Relaciones Exteriores y un conjunto de medidas orientadas a eliminar privilegios históricos.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!Fuentes diplomáticas confirmaron a MDZ que se está ultimando el trabajo de reorganización interna que será formalizado mediante un decreto publicado en el Boletín Oficial. Uno de los ejes centrales de la reestructuración será la revisión de embajadas y consulados, especialmente aquellos destinos donde las representaciones diplomáticas se solapan.
Revisión de embajadas y consulados
Desde el Palacio San Martín explicaron que se está analizando la posibilidad de cerrar oficinas diplomáticas redundantes, que no justifiquen su existencia por falta de relevancia o eficiencia. «Estamos buscando eliminar redundancias y revisar cuáles embajadas y consulados realmente cumplen una función indispensable», afirmaron fuentes oficiales. Esta medida no es exclusiva de Argentina, sino que forma parte de un proceso global en el que varios países están reevaluando sus estructuras y reduciendo gastos.
En caso de que se decidan cierres, se mantendrán solo aquellas representaciones que tengan tareas mínimas de representación, y se priorizarán modelos de agencias nacionales, que permitirán continuar las relaciones diplomáticas desde países vecinos. Esta estrategia se asemeja a la adoptada por naciones europeas, que tienen embajadas reducidas en Sudamérica, África y otras regiones del mundo.
Jubilaciones de embajadores y designaciones en duda
El plan de ajuste también incluirá la jubilación de embajadores y cónsules que hayan alcanzado la edad suficiente para retirarse, conforme a lo estipulado por la Ley de Servicio Exterior. Se prevé que muchos de estos diplomáticos, que actualmente gozan de beneficios como sueldos elevados en dólares, alojamiento, transporte, seguridad y viáticos, sean invitados a dejar sus cargos.
Este miércoles se concretó el traslado del embajador Martín García Moritán, quien dejó su puesto en la embajada de Uruguay al haber alcanzado la edad jubilatoria. Recientemente, otros embajadores como los de Bélgica y Sudáfrica también se retiraron por el mismo motivo, y se estima que más de 25 diplomáticos podrían estar en una situación similar.
En cuanto a las designaciones pendientes, la Cancillería aún no ha decidido quién reemplazará a García Moritán en Uruguay ni quién ocupará la embajada de España, tras la remoción de Roberto Bosch por parte del Gobierno. Se especula que el nuevo embajador en España tendrá un perfil más técnico y estará enfocado en fortalecer los lazos con el sector empresarial español, aunque aún no se han confirmado nombres oficiales.
Este proceso de reestructuración se enmarca dentro de los esfuerzos del gobierno de Javier Milei para reducir el gasto público y optimizar los recursos del Estado, en un contexto de ajuste fiscal que busca mejorar la sostenibilidad financiera del país.