Pekín reclama un acuerdo justo con Washington y advierte sobre el impacto global de los nuevos aranceles.
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En un nuevo capítulo de la creciente tensión comercial entre Estados Unidos y China, el gobierno de Pekín instó a la administración estadounidense a alcanzar un acuerdo “a medio camino”, luego de que el presidente Donald Trump anunciara una tregua arancelaria de 90 días que excluye expresamente al gigante asiático.
La decisión de Trump de suspender por tres meses la aplicación de nuevos aranceles para decenas de países generó alivio en los mercados internacionales. El índice Nasdaq subió un 12% y el Nikkei japonés un 9,12%, marcando un respiro ante semanas de volatilidad. Sin embargo, al dejar afuera a China y aumentarle los aranceles hasta un 125%, el anuncio también reavivó la pulseada comercial con consecuencias globales.
Como respuesta, China aplicó aranceles de represalia del 84% a una serie de productos estadounidenses, y no descartó avanzar con más restricciones si no se logran avances en el diálogo bilateral. “El diálogo está abierto, pero debe darse en condiciones de respeto mutuo e igualdad”, señaló He Yongqian, vocera del Ministerio de Comercio chino. Y agregó: “Estamos dispuestos a luchar hasta el final si es necesario”.
La medida anunciada por Trump también mantiene un arancel universal del 10% que ya entró en vigor, excepto para países como Bielorrusia, Cuba, Corea del Norte y Rusia. Según el propio mandatario, más de 75 países ya comenzaron conversaciones con EE.UU. para evitar este gravamen.
Desde organismos internacionales como la OMC, su directora Ngozi Okonjo-Iweala advirtió que las consecuencias de esta guerra comercial podrían ser graves, con una caída de hasta el 80% en el comercio bilateral y un impacto negativo de casi el 7% en el PBI global a largo plazo.
La Comisión Europea celebró la pausa como “un paso importante para estabilizar la economía mundial”, aunque dejó claro que insistirá en un comercio justo y sin trabas. Japón, por su parte, pidió la revisión de aranceles puntuales sobre sus exportaciones.
El endurecimiento de las medidas llevó incluso a que China recomiende a sus ciudadanos extremar cuidados si viajan a Estados Unidos, lo que marca un nuevo deterioro en la relación diplomática entre ambas potencias.
El futuro inmediato sigue siendo incierto. Mientras los mercados celebran una pausa, la tensión geopolítica entre EE.UU. y China parece entrar en una nueva fase de confrontación.
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