Dengue: El peligro de una segunda infección y cómo protegerse

El dengue, una enfermedad viral transmitida por el mosquito Aedes aegypti, sigue siendo una preocupación creciente en muchas regiones. Sin embargo, uno de los mayores riesgos que enfrentan las personas que ya han contraído la enfermedad es la posibilidad de una segunda infección, que puede tener consecuencias graves para la salud.

¿Por qué es más peligroso contraer dengue por segunda vez?

El dengue cuenta con cuatro serotipos diferentes (DEN-1, DEN-2, DEN-3 y DEN-4). Una persona puede infectarse con cada uno de estos serotipos en distintas ocasiones. Si alguien que ya contrajo el dengue es infectado por un serotipo distinto al anterior, aumenta el riesgo de desarrollar dengue grave o dengue hemorrágico, una forma más severa de la enfermedad que puede llevar a complicaciones como hemorragias, daño en órganos vitales e incluso la muerte.

Este fenómeno ocurre debido a un proceso llamado potenciación dependiente de anticuerpos. Tras la primera infección, el sistema inmunológico produce anticuerpos que, en lugar de proteger completamente al cuerpo, pueden facilitar la entrada del nuevo serotipo del virus en las células. Esto provoca una respuesta inmune descontrolada y genera una mayor inflamación y daño.

Medidas para protegerse del dengue

Ante el riesgo de una segunda infección y la gravedad que esta puede implicar, es fundamental tomar medidas preventivas, tanto a nivel individual como comunitario, para evitar la proliferación del mosquito transmisor y reducir el riesgo de contagio.

  1. Eliminar criaderos de mosquitos: El mosquito Aedes aegypti se reproduce en agua estancada. Se recomienda vaciar recipientes que puedan acumular agua, como baldes, neumáticos o macetas, y mantener limpios los desagües y canaletas.
  2. Uso de repelentes: Aplicar repelente de insectos en áreas expuestas de la piel y en la ropa. Es importante seguir las instrucciones del producto y reaplicarlo según sea necesario.
  3. Instalación de mosquiteros: Colocar mosquiteros en puertas y ventanas para evitar que los mosquitos entren en el hogar, así como usar redes protectoras en las camas.
  4. Ropa protectora: Utilizar prendas de manga larga y pantalones largos, especialmente en horarios donde la actividad del mosquito es mayor, como durante la mañana y al anochecer.
  5. Fumigación: En zonas donde se ha detectado la presencia del mosquito o brotes de dengue, las autoridades suelen realizar fumigaciones para reducir la población de mosquitos.
  6. Consulta médica temprana: Si presentas síntomas como fiebre alta, dolor de cabeza, dolor detrás de los ojos, dolores musculares o articulares, es fundamental acudir al médico para obtener un diagnóstico y evitar complicaciones.

La importancia de la prevención

Dado que no existe un tratamiento específico para el dengue, la prevención sigue siendo la herramienta más eficaz para combatir la enfermedad. La protección frente a nuevas infecciones es clave, no solo para evitar la propagación del virus, sino también para minimizar el riesgo de sufrir una forma grave de la enfermedad. La colaboración entre las autoridades, la comunidad y las familias es esencial para frenar el avance del dengue y proteger la salud de todos.


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