El Gobierno analiza un alivio fiscal para los bonos empresariales en busca de mejorar las paritarias de 2025

En un contexto de creciente tensión por la inflación y la negociación de paritarias, el Gobierno de Javier Milei, a través de la Secretaría de Trabajo a cargo de Julio Cordero, está evaluando la posibilidad de ofrecer un alivio fiscal para los bonos que las empresas distribuyen como parte de sus ganancias a los trabajadores. La medida, que se encuentra en fase de análisis y aún no ha sido confirmada, tiene como objetivo mejorar las condiciones de las paritarias de 2025, beneficiando tanto a los empleados como a las empresas.

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Según fuentes cercanas al Ministerio de Trabajo, la propuesta busca aliviar las cargas impositivas que actualmente pesan sobre los bonos de las empresas, en particular aquellos que se utilizan para compartir las ganancias empresariales con los trabajadores. Este tipo de bonos, conocidos como «bonos de productividad» o «participación en las ganancias», han ganado protagonismo en las negociaciones laborales en los últimos años como una alternativa para mejorar el poder adquisitivo de los empleados en momentos de alta inflación.

Un alivio fiscal como incentivo

El alivio fiscal implicaría reducir o eximir de ciertos impuestos a las empresas que decidan otorgar estos bonos a sus empleados. De concretarse, esta medida permitiría a las compañías redistribuir más fácilmente parte de sus utilidades sin que esto afecte su rentabilidad, al tiempo que aumentaría la capacidad de compra de los trabajadores, especialmente en un contexto de creciente presión inflacionaria.

Fuentes gubernamentales explicaron que el alivio fiscal sería aplicado de forma gradual, de manera tal que no suponga una merma significativa en los ingresos fiscales del Estado, pero sí un estímulo para las empresas que decidan apostar por una mayor redistribución de sus ganancias.

El contexto de las paritarias 2025

La medida llega en un momento clave para las paritarias del próximo año. Con una inflación que sigue siendo alta, aunque con signos de desaceleración, las negociaciones salariales de 2025 se presentan como un desafío importante para el Gobierno y los actores del mercado laboral. Los gremios han venido exigiendo aumentos salariales que no solo mantengan el poder adquisitivo de los trabajadores, sino que también logren una recuperación parcial del salario real perdido en los últimos años.

En este sentido, la posibilidad de que las empresas distribuyan más bonos como parte de sus ganancias y que estos no estén tan gravados por impuestos podría convertirse en una herramienta estratégica para las negociaciones. Al mismo tiempo, el Gobierno se comprometería a incentivar un modelo de «responsabilidad compartida» en el que los sectores privados, los gremios y el Estado contribuyan a la estabilidad económica.

Diálogo con los gremios y las cámaras empresarias

La Secretaría de Trabajo ya ha iniciado conversaciones con gremios y cámaras empresarias para discutir esta posible medida. Si bien aún no se ha definido la fórmula exacta, las primeras reacciones han sido mixtas. Algunos sectores empresariales ven con buenos ojos el alivio fiscal, ya que podría generar un clima de mayor confianza y facilitar las negociaciones laborales, mientras que otros prefieren esperar a conocer los detalles antes de hacer una evaluación más precisa.

Por su parte, los sindicatos están atentos a la propuesta, ya que, si bien los bonos podrían ser una herramienta útil para mejorar los ingresos de los trabajadores, también existen dudas sobre la capacidad de las empresas de implementar una redistribución significativa de las ganancias sin que esto impacte en su competitividad.

Un paso hacia el equilibrio

El alivio fiscal a los bonos empresariales también podría ayudar a las empresas a sortear los costos adicionales derivados de las paritarias y a mantener un equilibrio entre los aumentos salariales y la rentabilidad empresarial. En este sentido, la medida podría tener un doble impacto: por un lado, aliviar las tensiones sociales mediante una redistribución de la riqueza más justa, y por otro, evitar que las empresas se vean obligadas a aplicar ajustes de personal o recortes en sus inversiones para cubrir los aumentos salariales.

El Gobierno de Milei, que se encuentra en una constante búsqueda de un «modelo de ajuste suave», tiene en mente que estas medidas puedan ser un punto de partida para lograr una mayor estabilidad económica en el mediano plazo, aunque el éxito dependerá de cómo se implementen y de la respuesta de los actores económicos y laborales.

¿Qué implicaría la medida para los trabajadores?

Para los trabajadores, el alivio fiscal en los bonos podría traducirse en un incremento de los montos recibidos por parte de las empresas, lo cual ayudaría a aliviar la pérdida de poder adquisitivo derivada de la inflación. Sin embargo, aún queda por definir cómo se equilibrarán estos incrementos con los aumentos salariales en las paritarias de 2025, que seguirán siendo la principal herramienta de los gremios para garantizar una mejora significativa en los ingresos.

Conclusión

El Gobierno de Milei se encuentra explorando nuevas medidas para suavizar las tensiones sociales y económicas a través de un alivio fiscal dirigido a las empresas, en particular a aquellas que distribuyen bonos de ganancias entre sus empleados. Esta propuesta busca contribuir a las paritarias de 2025, mejorando la capacidad de los trabajadores para enfrentar la inflación y, al mismo tiempo, no perjudicar a las empresas. Si bien la medida aún está en discusión, su implementación podría ser clave para lograr un equilibrio entre los intereses de los trabajadores, las empresas y el Estado en un contexto económico desafiante.