El Gobierno nacional ha dado un paso más en su proceso de ajuste de los precios de los servicios públicos. En esta ocasión, la actualización de las tarifas de electricidad fue oficializada con la publicación de los nuevos cuadros tarifarios de las empresas proveedoras del servicio, entre las que se incluyen Edenor, Edesur, Distrocuyo S.A., Transpa S.A., Epen, Trasnoa, Transcomague, Transnea, Transba y Transener.
A partir del 1° de diciembre, los usuarios deberán afrontar un aumento promedio del 2,5% en las facturas de electricidad. Este ajuste, previamente definido por el ministro de Economía, Luis «Toto» Caputo, se detalla en las resoluciones emitidas por el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) y afecta a diversas categorías y subcategorías, como el Costo Propio de Distribución (CPD), el Costo de la Energía Suministrada en Malas Condiciones (CESMC) y el Costo de la Energía No Suministrada (CENS). Los nuevos costos aplicables varían según el nivel de consumo y los ingresos de cada grupo familiar.
Este incremento en las tarifas de electricidad es el último ajuste dispuesto por el Gobierno para este año, y llega justo antes del inicio de la temporada de verano. Con la llegada de altas temperaturas, se anticipa que las redes de distribución energética puedan experimentar cortes de luz debido al estado actual de las infraestructuras, lo que genera un mayor desafío para los usuarios en términos de costos y servicios.
Canasta de servicios públicos: desaceleración y aumento del impacto en los hogares
Según un informe del Observatorio de Tarifas y Subsidios del IIEP (UBA-CONICET), el gasto promedio de un hogar argentino en servicios públicos, que incluye energía eléctrica, gas, transporte y agua potable, alcanzó en noviembre los $134.173. Aunque este gasto experimentó una leve desaceleración del 0,2% en comparación con octubre, la canasta de servicios públicos sigue representando el 50% del salario mínimo vital y móvil, que actualmente se encuentra en $271.571,22.
Esta desaceleración en el gasto se atribuye a un menor nivel de consumo de gas, lo que contrarresta los aumentos en los cuadros tarifarios y el mayor consumo eléctrico debido a la proximidad del verano. A pesar de esta ligera disminución en el gasto total, los aumentos en las tarifas de energía eléctrica y agua continúan impactando en el bolsillo de los hogares.
El informe detalla que el gasto en gas natural cayó un 18,5% debido a menores consumos, mientras que el costo de la electricidad aumentó un 10,3% y el de agua un 4%. A su vez, los cargos fijos de gas aumentaron un 3,5%, y los cargos variables un 2,7%, mientras que los de electricidad aumentaron un 6% y un 2,8%, respectivamente.
Este panorama resalta la presión económica sobre los hogares, que continúan enfrentando un contexto de tarifas al alza, con el gasto en servicios públicos ocupando una proporción significativa de los ingresos familiares. Si bien la desaceleración de la canasta de servicios es una buena noticia, el impacto sigue siendo considerable y se mantiene como un desafío para la mayoría de los argentinos en medio de un escenario económico complejo.
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