El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, sorprendió al país al anunciar este lunes su dimisión, poniendo fin a casi una década en el cargo. La decisión se produce en medio de una creciente crisis política que ha debilitado su figura, en un contexto de tensiones internas y la proximidad de las elecciones nacionales, previstas para octubre de este año.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!En una breve conferencia de prensa en la capital, Ottawa, Trudeau explicó su decisión y aseguró que permanecería en el cargo hasta que el Partido Liberal elija a un sucesor. “Anoche, durante la cena, les conté a mis hijos la decisión que hoy comparto con ustedes. Tengo la intención de dimitir como líder del partido y como primer ministro después de que el partido elija a su próximo líder a través de un sólido proceso competitivo a nivel nacional”, afirmó Trudeau.
El político de 53 años, que asumió el liderazgo del Partido Liberal en 2013, llevó a los liberales al poder en 2015 con un programa progresista que defendía los derechos de las mujeres, la lucha contra el cambio climático y la promoción de una clase media más fuerte. Sin embargo, a pesar de su atractivo personal y sus victorias electorales en 2015, 2019 y 2021, Trudeau no logró garantizar una mayoría absoluta en el Parlamento, lo que lo dejó gobernando en una situación de constante fragilidad política.
Crisis interna y presiones políticas
La renuncia de Trudeau llega en medio de una creciente presión dentro de su propio partido. En diciembre de 2024, una disputa con la ministra de Finanzas y viceprimera ministra, Chrystia Freeland, sobre el aumento del gasto público, llevó a la salida de esta figura clave del gabinete, lo que debilitó aún más la posición del primer ministro. Freeland, una de las aliadas más cercanas de Trudeau, acusó al primer ministro de priorizar «trucos políticos» en lugar de centrarse en el bienestar del país.
En las últimas semanas, decenas de diputados liberales y agrupaciones regionales del partido, incluidos sectores de Canadá Atlántico, Quebec y Ontario, habían solicitado la dimisión de Trudeau, lo que reflejaba un malestar generalizado con su liderazgo. Además, el deterioro de las encuestas y la pérdida de apoyo popular, sumada a la creciente competencia del Partido Conservador, encabezado por Pierre Poilievre, quien lidera las encuestas con amplia ventaja, habrían acelerado su salida.
Impacto económico y relaciones exteriores
A los problemas internos del gobierno se suman los desafíos económicos a los que se enfrenta Canadá. Como muchos otros países, el gobierno de Trudeau dedicó grandes recursos públicos para enfrentar los efectos de la pandemia, lo que aumentó el déficit y la deuda del país. Sin embargo, la creciente inflación y el aumento de los precios, junto con la presión sobre el mercado inmobiliario, han erosionado su popularidad. A pesar de las medidas tomadas, como restricciones a la compra de viviendas por extranjeros, los problemas persistieron.
Por otro lado, la relación de Trudeau con el expresidente de EE.UU., Donald Trump, también estuvo marcada por tensiones. Trump llegó a referirse a Trudeau como el “gobernador” del “Gran Estado de Canadá” y amenazó con imponer aranceles del 25% sobre las importaciones canadienses si no detenía el paso de drogas e inmigrantes a través de la frontera. Esta situación obligó a Trudeau a viajar a Mar-a-Lago para tratar de suavizar la crisis.
El futuro del Partido Liberal
Con la renuncia de Trudeau, el Partido Liberal se enfrenta ahora al desafío de encontrar un nuevo líder en un contexto político adverso. Las elecciones deben celebrarse a más tardar en octubre de 2025, aunque aún no se ha fijado una fecha precisa por parte del Parlamento canadiense.
El futuro político de Trudeau es incierto, pero su renuncia marca un hito importante en la historia reciente de Canadá, ya que deja atrás un legado de casi diez años al frente del gobierno en un momento crítico para la política y la economía del país.