La Guerra del Cerdo: Un conflicto de límites bizarro con un final afortunado

Un 15 de junio, pero en el año 1859, comenzó uno de los conflictos internacionales más extraños de la historia. Gran Bretaña y los Estados Unidos se vieron envueltos en lo que se conoció como «La Guerra del Cerdo».

Este curioso enfrentamiento tuvo lugar en la pequeña isla de San Juan y surgió a raíz de la ambigüedad en la delimitación de fronteras establecida por el Tratado de Oregón de 1843. Todo se desencadenó cuando un cerdo, propiedad del irlandés Charles Griffin, decidió aventurarse en el jardín del norteamericano Lyman Cutlar, quien no dudó en disparar al intruso tras descubrirlo devorando sus vegetales. Lo que podría haberse resuelto con una simple disculpa y compensación escaló rápidamente hasta convertirse en un conflicto diplomático entre dos naciones.

A pesar de la tensión y las amenazas de guerra, afortunadamente este peculiar episodio terminó sin derramamiento de sangre humana. De hecho, la disputa se resolvió pacíficamente mediante arbitraje internacional en 1872, otorgando la isla de San Juan a los Estados Unidos.

La Guerra del Cerdo es recordada hoy como un ejemplo de cómo un incidente menor puede escalar rápidamente a un conflicto internacional, incluso entre dos naciones poderosas. Sin embargo, también sirve como un recordatorio de la importancia de la diplomacia y la resolución pacífica de conflictos.


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