A pesar de que la actividad económica en Argentina muestra señales de recuperación, con un repunte del 0,2% en agosto respecto al mes anterior, los especialistas alertan sobre la caída del empleo registrado y el crecimiento sostenido de los trabajadores independientes, en particular los monotributistas. Este fenómeno pone de relieve una creciente precarización laboral y plantea dudas sobre la solidez y sostenibilidad de la recuperación.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!Según el informe de la consultora Audemus, que dirige Matías Kulfas, tras una retracción económica significativa durante el primer semestre del año, en agosto se evidenció una leve mejora, impulsada por sectores como agro e hidrocarburos, pero también por un crecimiento intermensual en otros sectores económicos, como comercio y servicios. Sin embargo, en términos anuales, la actividad económica acumula una caída del 3,1% frente al mismo período de 2023.
En cuanto al desglose sectorial, las caídas más significativas se registraron en sectores como la construcción (-24%), ventas mayoristas (-15%), acero crudo (-12,6%) y producción de autos (-10,7%), lo que refleja una recuperación dispar que aún depende en gran medida de pocos sectores productivos.
La caída del empleo registrado y el ascenso del monotributo
Uno de los aspectos más preocupantes del panorama económico es la caída sostenida del empleo registrado en el sector formal privado, que lleva once meses consecutivos en descenso. Desde noviembre de 2023, se han perdido más de 146 mil puestos de trabajo en el sector privado, mientras que, en el sector público nacional, entre noviembre y septiembre se recortaron 36 mil empleos debido a la reducción del Estado.
En contraposición, el número de monotributistas ha crecido de forma sostenida. Según los últimos datos de Audemus, más de 101 mil nuevos monotributistas se registraron entre noviembre de 2023 y septiembre de 2024. Este fenómeno refleja un cambio estructural en el mercado laboral, donde muchos trabajadores que se ven desplazados del empleo formal se refugian en el régimen de monotributo, más flexible pero también más precario.
El monotributo como refugio de los trabajadores
El analista Joan Vezzato, de la Fundación Fundar, advierte sobre el vínculo entre la caída del empleo registrado y el crecimiento del monotributo. «La forma de registración más precaria y su crecimiento paralelo con la destrucción de empleo asalariado registrado puede reflejar un refugio de trabajadores despedidos en la cuenta propia, o una mayor precarización de las relaciones laborales», explicó Vezzato.
El especialista remarca que, en un contexto de alta inflación, los trabajadores monotributistas carecen de las mismas protecciones que los asalariados registrados, quienes a través de la negociación colectiva logran mejorar sus condiciones. Para Vezzato, los cuentapropistas enfrentan una situación más complicada en términos de ingresos y seguridad laboral.
Por su parte, Luis Campos, investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA, destaca que esta no es una dinámica nueva. Desde 2016, el empleo registrado en el sector privado apenas creció un 0,3%, mientras que el empleo público creció un 11,7%. En contraste, el número de monotributistas (pleno y social) creció un 54% en el mismo período. “Este fenómeno no es exclusivo de los últimos meses, pero sí es una respuesta de los trabajadores que, al no encontrar oportunidades en el mercado laboral asalariado, se insertan como pueden en la estructura poblacional”, comentó Campos.
La precarización laboral en cifras
El economista Ernesto Mattos, de la UBA y director del Instituto IDEPI-UNPAZ, también aborda el tema del crecimiento del monotributo, el cual se aceleró durante las gestiones de Mauricio Macri y Alberto Fernández. Según Mattos, el monotributo es un indicativo de precariedad laboral, ya que los trabajadores en este régimen carecen de representación sindical y tienen una menor capacidad de negociación para mejorar sus condiciones salariales.
En cuanto a los salarios, los datos interanuales de Audemus revelan que los salarios privados registrados perdieron casi un 12% en términos reales, mientras que los salarios públicos cayeron un 70% y los salarios privados no registrados, como los de los monotributistas, un 52%. Este panorama señala una pérdida generalizada de poder adquisitivo en un contexto de inflación elevada, lo que agrava aún más la situación de los trabajadores informales.
El desafío de la inflación y la precariedad
La crisis laboral y económica que atraviesa Argentina no se limita al ajuste fiscal. Para Mattos, el problema radica en la necesidad de una paritaria «pisada» que limite la recuperación de los salarios frente a la inflación, lo que afecta principalmente a los trabajadores informales. Según la metodología del INDEC, alrededor de 10 millones de personas en el país se encuentran en situación de empleo no registrado, lo que representa una porción significativa de la población activa.
La falta de ofertas en el mercado laboral formal y la alta inflación empujan a muchos trabajadores a buscar alternativas en el monotributo, pero esta modalidad no garantiza la misma protección social ni estabilidad que el empleo registrado. Por lo tanto, mientras la actividad económica muestra algunos indicios de recuperación, el panorama laboral se presenta aún lleno de desafíos y con altos niveles de precarización.