El BCRA puso en venta US$500 millones al piso de la banda de flotación cambiaria, buscando contener la baja del dólar y atraer divisas.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!En una movida estratégica que marca el inicio de una nueva etapa en la política cambiaria argentina, el Banco Central decidió intervenir activamente en el mercado ofreciendo US$500 millones a un tipo de cambio de $1.000 por unidad. Se trata del piso de la banda de flotación que estableció el Gobierno para salir del cepo cambiario y consolidar una mayor estabilidad monetaria.
La decisión fue comunicada a través de la mesa de dinero del BCRA, en lo que en el mundo financiero se denomina un “bid”. La jugada ocurre en un contexto de fuerte expectativa por parte del equipo económico de Javier Milei, que busca forzar una baja del dólar en todas sus versiones —mayorista, MEP y contado con liquidación—, aprovechando la entrada masiva de divisas por la cosecha gruesa y la reciente inyección de fondos del FMI.
Este lunes, el dólar mayorista retrocedió un 5% y cerró a $1.080, mientras que el MEP cayó a $1.093 y el CCL a $1.102. La estrategia oficial apunta a aprovechar esta tendencia bajista para reforzar las reservas sin necesidad de nuevos endeudamientos.
El esquema de banda de flotación fijado por el Gobierno establece que el BCRA solo intervendrá si el dólar perfora los $1.000 o supera los $1.400. En paralelo, se puso fin al sistema de crawling peg del 1% mensual, reemplazándolo por esta modalidad que, si bien otorga mayor flexibilidad, también requiere intervención quirúrgica por parte de la autoridad monetaria.
A esto se suma el reciente ingreso de US$12.000 millones por parte del FMI, lo que mejora el colchón financiero del país de cara al segundo semestre del año, marcado por las elecciones legislativas.
La estrategia también contempla una serie de medidas complementarias para fortalecer el peso: los bancos ya aumentaron las tasas de plazo fijo al 37% anual (3,1% mensual) y se flexibilizó el acceso al mercado de cambios para inversores extranjeros, permitiéndoles ingresar capitales con libre disponibilidad después de un plazo de permanencia mínima de seis meses.
En este año electoral, Milei apuesta por una política monetaria ortodoxa, anclada en disciplina fiscal, baja de la inflación y atracción de capitales. Con el cepo cambiario técnicamente desactivado, el desafío ahora es lograr que esa libertad financiera también se traduzca en crecimiento real de la economía.
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