El gobierno de Honduras ha confirmado que recibirá a los ciudadanos que sean deportados o repatriados de Estados Unidos, como parte de las políticas migratorias impulsadas por el nuevo presidente estadounidense, Donald Trump. En un contexto de fuerte presión por las políticas antiinmigración de la administración estadounidense, que durante su campaña definió a los migrantes de manera despectiva, las autoridades de Honduras y Guatemala se han puesto en marcha para acoger a sus ciudadanos deportados.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!Honduras: apoyo con recursos y empleo para los deportados
El canciller de Honduras, Enrique Reina, detalló que el gobierno de la presidenta Xiomara Castro ha diseñado un programa denominado «Hermano, hermana, vuelve a casa», destinado a proporcionar recursos a los hondureños que regresan. El objetivo es facilitarles el proceso de reintegración, con apoyo para transporte, alimentación y empleo.
Reina agregó que los primeros beneficiarios recibirán un bono solidario, sin especificar el monto, para cubrir necesidades básicas. Además, el gobierno está trabajando en un programa de empleo masivo para ofrecer oportunidades laborales a los deportados. Según el Centro de Información y Acceso de Registros Transaccionales (TRAC), aproximadamente 488.397 hondureños se encuentran en listas de deportación de Estados Unidos.
«La idea es darles todos los recursos necesarios para que se sientan bienvenidos en casa y puedan desarrollarse nuevamente en su país», declaró el canciller, subrayando el compromiso del gobierno para acoger a sus compatriotas.
Guatemala: atención integral para los retornados
En Guatemala, el Instituto Guatemalteco de Migración (IGM) informó sobre la llegada de 79 deportados en la madrugada de este sábado, provenientes de un vuelo desde Laredo, Texas. En total, el grupo estuvo compuesto por 31 mujeres y 48 hombres, quienes recibieron atención y apoyo para verificar su protección y salud al momento de su arribo.
Danilo Rivera, director del IGM, destacó la importancia de la coordinación entre diversas instituciones para conocer las necesidades y capacidades de los retornados. «Este es un esfuerzo del Gobierno del presidente Dr. Bernardo Arévalo y la vicepresidenta Karin Herrera, para ofrecerles la asistencia necesaria», señaló.
México celebra un récord de deportaciones
Mientras tanto, en Estados Unidos, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, celebró que el país alcanzara un récord en las deportaciones, con cuatro vuelos de deportación hacia México en un solo día. A través de un mensaje en redes sociales, Leavitt agradeció al presidente Trump por este logro, destacando la movilización de 30,000 guardias nacionales mexicanos para colaborar con el proceso.
Sin embargo, un informe inicial había señalado que un avión de la Fuerza Aérea de Estados Unidos no había despegado hacia México debido al rechazo del gobierno mexicano. No obstante, las autoridades mexicanas aclararon que las relaciones con Estados Unidos siguen siendo de cooperación y respeto mutuo, destacando su disposición a recibir a los deportados «con los brazos abiertos».
México se prepara para recibir a sus connacionales
En respuesta, México ha reiterado su compromiso de recibir a los migrantes deportados con un programa integral de apoyo. La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo explicó que el gobierno mexicano cuenta con programas de bienestar, empleo, transporte y acceso al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para garantizar la reintegración de los deportados.
El gobierno mexicano también brindará apoyo económico inicial a los deportados, facilitando su regreso a sus lugares de origen si es que llegan sin recursos. Sheinbaum destacó que la administración está lista para apoyar a los connacionales en su reintegración y garantizar su bienestar.
Perspectivas futuras
Mientras las autoridades estadounidenses continúan con las deportaciones masivas, Honduras, Guatemala y México se preparan para recibir a miles de ciudadanos que regresan a sus países de origen. Las políticas de deportación de Trump y la creciente migración irregular ponen a los gobiernos de América Central y México ante un desafío significativo, pero también una oportunidad para ofrecer apoyo y reintegración a los migrantes retornados, que enfrentan dificultades económicas y sociales tras su retorno.