El expresidente de Uruguay y líder del Frente Amplio (FA), José Mujica, confirmó en una emotiva entrevista con el semanario Búsqueda que su salud se ha deteriorado gravemente debido a la expansión de un cáncer de esófago, el cual se ha propagado al hígado, comprometiendo aún más su bienestar. A sus 88 años, Mujica explicó que los tratamientos médicos y las cirugías ya no son una opción debido a su edad y el estado de su cuerpo.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!«Lo que pido es que me dejen tranquilo. Que no me pidan más entrevistas ni nada más. Ya terminó mi ciclo. Sinceramente, me estoy muriendo. Y el guerrero tiene derecho a su descanso», expresó con sinceridad y lágrimas en los ojos, ante la presencia de su esposa, Lucía Topolansky, quien se mostró visiblemente afectada.
Mujica explicó que el cáncer «está colonizando el hígado» y que no se puede frenar con tratamiento. «Soy un anciano y tengo dos enfermedades crónicas. No me cabe ni un tratamiento bioquímico ni la cirugía porque mi cuerpo no lo aguanta», agregó el exmandatario, visiblemente afectado por su condición.
El exsenador, conocido por su lucha guerrillera en los años 60 y 70, se encuentra en proceso de recuperación luego de una intervención quirúrgica realizada el pasado 27 de diciembre, cuando le colocaron un stent en el esófago para mejorar su capacidad de ingerir alimentos y bebidas, que se había visto comprometida a raíz del tratamiento contra el cáncer.
En el relato, Mujica pidió a sus médicos no someterlo a más sufrimiento innecesario. «Que me pichicateen y cuando me toque morir, me muero. Así de simple», afirmó, mostrando su determinación de no seguir con tratamientos invasivos en su estado actual.
Un legado en la chacra y el deseo de despedirse de su gente
El expresidente, quien gobernó Uruguay entre 2010 y 2015, se definió como «un viejo en el final» y expresó su deseo de pasar sus últimos días en su chacra, trabajando la tierra. A menos de cuatro meses de cumplir 90 años, Mujica sigue manteniendo una relación especial con su campo. «Todos los días ando un poquito en el tractor, aunque sea simbólicamente, y estoy acomodando las cosas para los que van a quedar acá en la chacra», comentó, añadiendo que había adquirido un nuevo tractor para los que continuarán con su legado.
A lo largo de la conversación, Mujica dejó claro que su despedida será en el lugar que él mismo ha cuidado durante tantos años. «Yo me voy a morir acá. Ahí afuera hay un sequoia grandote (un árbol que él cultivó de una semilla que le regalaron). Está Manuela enterrada ahí (su perra). Estoy haciendo los papeles para que ahí también me entierren a mí. Y ya está», señaló.
Reflexiones y mensaje de despedida
Con su estilo directo y reflexivo, Mujica aprovechó la oportunidad para hacer una reflexión sobre la política y la democracia. «Lo que quiero es despedirme de mis compatriotas. Es fácil tener respeto para los que piensan parecido a uno, pero hay que aprender que el fundamento de la democracia es el respeto a los que piensan distinto», afirmó.
Asimismo, expresó su gratitud hacia quienes lo apoyaron a lo largo de su vida política, especialmente a los simpatizantes de su partido. «Les doy un abrazo a todos», dijo, y remarcó que, a pesar de haberse alejado de los organismos de dirección política, sigue dispuesto a brindar su apoyo cuando se le solicita.
«No soy un viejo consultor, que me tienen que pedir permiso. No, por el contrario. Los compañeros que manejan la 609 son ellos», puntualizó, subrayando su respeto por las nuevas generaciones de dirigentes del Frente Amplio.
José Mujica, uno de los políticos más admirados de América Latina por su humildad y su visión crítica de la política y el poder, se despide de la vida pública con un mensaje claro de paz y resignación, confiado en que su legado continuará a través de su chacra y su influencia en el pensamiento de las nuevas generaciones.