La cancelación del show de Milo J en la ex Esma, anunciada por la Secretaría de Derechos Humanos, generó una ola de repercusiones tanto en el ámbito artístico como en el político. El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, fue uno de los primeros en salir al cruce del Gobierno de Javier Milei, al calificar la medida como un acto de «censura».
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!El evento, que estaba destinado a ser una pre escucha del nuevo álbum del cantante de música urbana, 166, fue suspendido por orden judicial luego de que la Secretaría de Derechos Humanos, dirigida por Alberto Baños, presentara una cautelar que fue aprobada rápidamente por la Justicia. A pesar de que miles de fanáticos ya esperaban en el emblemático predio, el show no pudo realizarse.
A través de su cuenta de X, Kicillof expresó su rechazo: «Hoy pasó algo muy grave. Enviaron fuerzas policiales y camiones hidrantes para dispersar y atemorizar a pibes y pibas que sólo querían disfrutar de la música que les gusta». El gobernador bonaerense mostró su solidaridad con Milo J, y agregó: «Me solidarizo con Milo J y repudio a un Gobierno que, en nombre de la libertad, no para de agredir a la gente y de prohibir, por sus anteojeras ideológicas, precisamente, la libertad de expresión».
La reacción de Milo J
El propio artista, conocido por su estilo de música urbana, no tardó en dar su versión sobre los hechos. A través de un video publicado en sus redes sociales, Milo J explicó que el evento no se llevaría a cabo. «Lo que hoy iba a ser la pre escucha en la ex Esma no se va a poder dar», dijo el cantante, y agregó una fuerte denuncia: «El Gobierno Nacional mostró papeles y datos de salud y planes de evacuación que eran falsos, de salidas de emergencias que sí están y dijeron que no estaban».
El cantante también expresó su tristeza por la suspensión, asegurando que los responsables de la cancelación «ya saben cómo funciona todo esto». Ante la presencia de policías en el lugar, Milo J pidió a sus seguidores que se fueran tranquilos a sus casas, sin provocar incidentes. «No quiero que a ningún fan le pase nada. Pórtense bien», aconsejó el joven, quien concluyó irónicamente: «Supongo que juntar a 20.000 personas en un espacio de memoria no le gusta al Gobierno».
Una controversia creciente
El incidente ha desatado un creciente debate sobre la libertad de expresión y el papel del Gobierno en la regulación de los eventos artísticos. Mientras algunos defienden la medida como una acción legítima para garantizar la seguridad, otros la interpretan como un claro ejemplo de censura política.
El show cancelado de Milo J en la ex Esma se suma a una serie de controversias en torno a la libertad de los artistas para expresarse en el contexto de un clima político polarizado.
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