El intendente de Córdoba ordenó una reestructuración total del gabinete en medio de una situación económica “delicada” y fuertes recortes nacionales.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!En un movimiento de alto impacto político, Daniel Passerini solicitó la renuncia de todos los funcionarios de su gestión: desde secretarios y subsecretarios hasta directores, subdirectores y responsables de los entes descentralizados, incluyendo también a becarios y monotributistas. La decisión se conoció tras una reunión de urgencia convocada el lunes por la tarde en el Palacio 6 de Julio, donde el intendente expuso el estado financiero del municipio y anticipó una reestructuración profunda con la que espera “hacer más eficiente la gestión”.
La medida responde, según explicó una fuente oficial, al drástico recorte de fondos nacionales, especialmente en áreas como el transporte, que quedó sin subsidios tras el arribo de Javier Milei a la presidencia. “Los recursos que antes enviaba la Nación ya no están, y hay que reordenar el municipio en función de esa realidad”, señalaron desde el entorno del intendente.
Aunque desde la gestión evitan hablar de porcentajes exactos, se estima que la reducción alcanzará un 30% de la planta política. El pedido de renuncias involucra a los titulares de las 12 secretarías municipales, los 17 CPC, y los entes Tamse, Coys, Cormecor, Bio Córdoba y el Ente de Fiscalización. Si bien muchos funcionarios podrían ser ratificados, todos deberán presentar su renuncia para dar paso a los cambios.
En los últimos días ya se habían concretado dos salidas claves. Claudio Vignetta dejó la Secretaría de Seguridad y fue reemplazado por Juan Manuel Aráoz, un hombre de confianza de Martín Llaryora, que además continuará como administrador del Tribunal de Faltas. También hubo movimientos en el área económica: Guillermo Pizzarro fue reemplazado en la Subsecretaría de Finanzas por Matías Vicente, técnico vinculado al Ministerio de Economía de la Provincia.
Desde el municipio aseguran que no se trata de una crisis ni de una intervención provincial, sino de un fortalecimiento del esquema de gestión conjunta con Llaryora. Sin embargo, en el Gobierno de Córdoba ya se hablaba de la necesidad de “acelerar y reforzar” la administración municipal, con el foco puesto en mostrar resultados antes de las elecciones legislativas de octubre.
La oposición reaccionó con fuerza. El legislador juecista Walter Nostrala afirmó que “la renuncia al gabinete la pide Llaryora” y denunció que “intervienen la Municipalidad”. Desde su perspectiva, la situación refleja la interna del peronismo cordobés y una gestión que, tras 27 años en el poder, sigue sin dar respuestas. Días atrás, el diputado Rodrigo de Loredo también había cuestionado el rumbo del oficialismo capitalino.
La reestructuración planteada por Passerini abre un nuevo capítulo en la política municipal y expone la fragilidad económica de la gestión, en medio de una crisis nacional que ya golpea de lleno a las arcas locales.
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