La NASA ha publicado un informe que revela una situación crítica en la Estación Espacial Internacional (EEI), relacionada con fugas crecientes en el módulo ruso Zvezda. Según el reporte emitido por el inspector general de la agencia, George A. Scott, el problema ha alcanzado un “nivel máximo de riesgo”, lo que podría comprometer la operatividad de la estación en el corto plazo.
Fugas alarmantes y respuestas insuficientes
Las fugas en el módulo Zvezda no son nuevas, pero su gravedad ha escalado en los últimos meses, alcanzando niveles alarmantes. El informe señala que, a pesar de estar al tanto de la situación, la NASA decidió no comunicar la severidad del problema hasta hace pocos meses, cuando las conversaciones con la agencia espacial rusa, ROSCOSMOS, llevaron a admitir públicamente la magnitud del riesgo.
Desde mayo de 2024, la tasa de fuga aumentó de manera significativa. Sin embargo, los esfuerzos por identificar y reparar el origen del problema —principalmente en las soldaduras del módulo— no han dado resultados concretos. Como medida temporal, se ha cerrado la escotilla que conecta Zvezda con el túnel PrK, una decisión que podría tener consecuencias operativas.
Implicaciones para la operatividad de la EEI
De no resolverse la situación, la fuga podría obligar a sellar de manera permanente el módulo Zvezda, lo que reduciría la cantidad de puertos de acoplamiento rusos, complicando las operaciones diarias de la estación. Además, el informe advierte que esta situación podría acelerar el retiro planificado de la EEI, previsto inicialmente para 2030.
La cooperación entre la NASA y ROSCOSMOS sigue siendo crucial para mantener a la EEI en funcionamiento. Sin embargo, con la estación mostrando signos evidentes de desgaste por el paso del tiempo, las perspectivas para mantenerla operativa más allá de 2028, cuando vence el actual acuerdo de cooperación, son inciertas.
Futuro incierto y tensiones crecientes
Mientras la NASA busca una extensión de la vida útil de la EEI hasta 2030, el informe del general Scott alerta sobre los altos costos asociados con el mantenimiento y las reparaciones que se necesitarán para garantizar su estabilidad estructural. La situación también podría generar tensiones entre ambas agencias espaciales, dado que no existe un consenso claro sobre las soluciones a largo plazo.
El problema del módulo Zvezda plantea nuevos desafíos para la NASA, que ya está en conversaciones con empresas privadas, como SpaceX, para planificar la desorbitación controlada de la estación. Si no se logra controlar la fuga en los próximos meses, el panorama para la EEI se tornará cada vez más complejo, afectando tanto a las misiones en curso como a la planificación futura de operaciones en el espacio.
Este escenario evidencia la importancia de las decisiones estratégicas que deberán tomar tanto la NASA como ROSCOSMOS en el futuro cercano, en un contexto de desgaste estructural y desafíos operativos crecientes.
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